24 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Vistazo a los hechos: La comunidad, manos a la obra

Gabriel zapata

Por Gabriel Zapata Correa 

La verdad es que este 2022 despierta en medio de un moderado optimismo porque algunas de las decisiones, las más importantes, dependen del arrojo de la comunidad, para cambiar el rumbo definitivo hacia un futuro mejor. 

Me quiero referir a dos casos específicos que merecen una atención especial.  

Uno de ellos se relaciona directamente con la revocatoria del alcalde Daniel Quintero, y la otra con la elección del Congreso de la República. 

Trascendental el papel que asuma la comunidad, porque en ambos es el voto popular que influirá en la solución de una de las enfermedades más graves que tiene postrada la democracia: la corrupción. 

¿Puede el alcalde de Medellín explicarle a la ciudadanía qué está pasando con Empresas Varias? 

La ciudad, que antes era reconocida a nivel nacional e internacional como “la tacita de plata”, es ahora un solo arrume de residuos y basuras, y no hay un solo barrio que no esté sufriendo este problema, por la pésima administración de un gerente inepto e incapaz, como Alejandro Gallego, quien tiene a la entidad, antes bandera de reconocida eficiencia, en una postración absoluta que se ve en las esquinas y rincones de esta capital. 

El solo hecho que en este momento el 30% de los 120 vehículos recolectores de basuras esté por fuera de servicio, demuestra que ha sido a causa del descuido y pésima planeación de su mantenimiento. Porque esto no sucede de la noche a la mañana, sino por la acumulación sistemática de problemas mecánicos de toda clase, que se reflejan no solo en la inoperabilidad de algunos de ellos, sino en los permanentes riesgos de la comunidad y de algunos operarios por las continuas fallas en los sistemas de frenos. 

Las estadísticas relacionadas con los carros varados a diario, y los accidentes en la ciudad, confirman que el abandono de la empresa y la inoperancia administrativa son una realidad incontrovertible que merece decisiones serias, mucho más allá de los afectos personales o familiares con el gerente Alejandro Gallego, quien ha recibido el premio de ser nombrado en un alto cargo en Empresas Públicas de Medellín. 

El mensaje que envía el alcalde Daniel Quintero es contundente: Ser mediocre e ineficiente paga, por lo menos así queda claro. Ese es el mérito de un funcionario que tiene a Medellín convertida en un verdadero basurero. 

Y ni qué decir del pésimo mantenimiento a los jardines y separadores de la ciudad, donde el rastrojo y las basuras ofrecen el más lamentable espectáculo de abandono y desidia. 

De manera pues que no puede venir el alcalde Quintero, con la desfachatez y el cinismo que lo caracterizan, que se trata de una persecución política contra su funcionario, cuya hoja de vida no reúne el perfil para el cargo para el cual fue nombrado, y mucho menos para ser promovido a una vicepresidencia de EPM. 

Hay que decir con franqueza, el tema que estamos comentando demuestra que al alcalde Daniel Quintero y a sus funcionarios del más alto rango, no les duele la ciudad y mucho menos la calidad de vida de sus habitantes. Es como si disfrutaran con ponernos a vivir entre las basuras. Como si fuera un desquite, o una venganza producto de un resentimiento social… 

¿0 será que cuando el alcalde y sus áulicos funcionarios recorren la ciudad, cierran los ojos para no ver la realidad de las basuras y del rastrojero que nos ahogan? 

La comunidad tiene la oportunidad de cambiar la amarga experiencia de este alcalde mentiroso y tramposo que nos tiene viviendo en las basuras. Hay que salir a revocarlo.  

El otro tema muy importante, tiene que ver con la elección del Congreso de la República. No es gratuito que esta importante célula de la democracia sea calificada por el ciudadano de a pie como el símbolo de la corrupción, y reciba siempre en las diferentes encuestas los más bajos niveles de favorabilidad, tan solo comparables con los excriminales de las Farc, con quienes comparten flamantemente curules en el Congreso de la República. 

Una muestra clara de que este Congreso no merece la confianza popular, y debe ser “revocado” en las urnas para nombrar a uno mejor, es que los congresistas se ausentaron “voluntariamente” del último debate que faltaba para aprobar el recorte de sus vacaciones. Y no les dio vergüenza alguna. Y ahora tienen la desfachatez, la mayoría de ellos, de presentarse de nuevo para que la ciudadanía los unja con sus votos para regresar al Congreso. 

Es una obligación salir a votar en las próximas elecciones, para escoger un buen Congreso que sienta los problemas de la comunidad. Elegir un buen Congreso y revocar al alcalde Quintero. Porque el verdadero sentido de la política es para que la gente viva mejor. 

Y no es precisamente lo que está pasando con el Congreso de la República y el alcalde de Medellín. La verdad es que ellos sí están viviendo mejor…