
Por Gabriel Zapata Correa
La situación incierta de Venezuela, luego del robo de las elecciones protagonizado abierta y descaradamente ante el mundo por el dictador Nicolás Maduro, ha puesto también en evidencia al presidente Gustavo Petro, quien no ha podido ocultar su simpatía con el sátrapa que ya ha encarcelado a más de 3 mil opositores.
Este último dato sería suficiente para que Petro, aparentemente defensor a ultranza de los Derechos Humanos, y del constituyente primario, saliera a defender al pueblo venezolano, pisoteado por la bota militar que sostiene al dictador. Pero Petro, permanente acosador de nuestras instituciones, al mejor estilo de cualquier autócrata que se aferra al poder a cualquier precio, ha sido ambiguo y distante de cualquier solución. Pero en especial, ha mantenido un silencio cómplice con todo lo que está pasando en el vecino país. O, como lo escribimos la semana pasada, cómo podemos interpretar la incoherencia de nuestro embajador en la OEA, Luis Ernesto Vargas, ¿al votar en contra de la exigencia a Maduro para que entregara las actas de las elecciones?
No nos puede considerar el presidente Petro tan tontos a los colombianos, que vamos a confundir la prudencia con la complicidad…
Ya el dictador de marras le agradeció públicamente a Petro la forma como se ha comportado. Maduro afirmó que nunca se mete en los asuntos de Colombia, pero puso en conocimiento que está en diálogo con el presidente Gustavo Petro, a quien llamó «un hombre honorable».
«Agradecemos todas las cooperaciones, de todos los que tengan posibilidad de cooperar con la paz de Venezuela, así se lo dije al presidente Petro, con quien tuve la oportunidad de conversar con él hoy y le expliqué muchas cosas», dijo Maduro y añadió que Petro es uno de los hombres más inteligentes que ha conocido en su vida, y de quien respeta sus consejos y sus ideas.
Basta leer al presidente de Brasil, Luis Inacio Lula Da Silva para entender que el silencio de Petro es un respaldo implícito al atraco electoral de Maduro en Venezuela. Con la franqueza que le caracteriza, Lula da Silva dijo que el “régimen de Venezuela es autoritario y desagradable”. Aunque valga decir que al instante se lavó las manos. “No creo que sea una dictadura, es diferente a una dictadura”, afirmó el mandatario del gigante sudamericano a Radio Gaúcha. Y luego agregó: “Es un gobierno con un sesgo autoritario, pero no es una dictadura como conocemos tantas dictaduras en este mundo”.
¿Ustedes se imaginan que el presidente Petro se atreva de calificar a Nicolás Maduro de “autoritario y desagradable”?
Pero miren la jugada de Petro. Se viene con una propuesta absolutamente inaplicable en Venezuela, que más pareciera una burla a Corina Machado y Edmundo González, ganadores absolutos de las elecciones. Cinco puntos imposibles de aceptar por parte de los organismos internaciones y del dictador: Levantamiento de todas las sanciones contra Venezuela, amnistía general nacional e internacional, garantías totales a la acción política, gobierno de cohabitación transitorio y nuevas elecciones libres.
Gustavo Petro destacó que “La experiencia del Frente Nacional colombiano es una experiencia que, usada transitoriamente, puede ayudar a la solución definitiva”, a pesar de que en el pasado había asegurado que era “un intento violento de acabar la diferencia”.
No es que el presiente Petro tenga mala memoria. Es que el mandatario quiere disimular su complicidad, con alguna propuesta, porque no puede quedarse callado, frente a las duras declaraciones de los presidentes de Chile, Gabriel Boric y de Brasil, Lula da Silva.
Basta con hacer un poco de memoria, para caer en cuenta de la incoherencia del mandatario colombiano. Petro no mencionó que el Frente Nacional terminó con la consolidación del grupo guerrillero Movimiento 19 de abril, que es más conocido como M-19, del que hizo parte hasta el proceso de desmovilización que se registró tras un acuerdo de paz firmado en 1990.
Vale recordar que, en las elecciones de 1970 se registró el triunfo de Misael Pastrana Borrero, pero en un proceso electoral que en concordancia con lo registrado en Venezuela fue el motivo de un escándalo nacional en el que se habló de fraude electoral.
Tras la llegada al poder de Pastrana se conformó la primera guerrilla urbana de Colombia (M-19), es por ello que la estrategia que mencionó Gustavo Petro como solución para Venezuela, representó una pausa en la violencia de Colombia, pero luego terminó siendo el factor por el que se conformaron guerrillas como las Farc o el ELN.
Por eso la respuesta de la líder Corina Machado fue contundente. Rechazó este tipo de solicitudes, asegurando que es una “falta de respeto a los venezolanos”.
“Plantear desconocer lo ocurrido el 28 de julio para mí es una falta de respeto a los venezolanos que lo han dado todo… La soberanía popular se respeta. Las elecciones tuvieron lugar y la sociedad venezolana se expresó en condiciones muy adversas donde hubo fraude y aun así logramos ganar”, destacó Machado en una conferencia virtual con medios chilenos y argentinos
“Si vamos a una segunda y no le gusta el resultado a Maduro, ¿qué hacemos, vamos a una tercera, y después a una cuarta o una quinta? Nosotros fuimos a unas elecciones con las reglas de la tiranía, pese a las críticas de muchos, y ganamos”.
De manera pues que los colombianos la tenemos muy clara, de cuál lado está Petro: Con su amigo, el dictador.
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