Un hecho muy particular ha venido sucediendo durante los últimos días posteriores a las elecciones territoriales del 27 de octubre, con relación a los mandatarios electos, Aníbal Gaviria Correa en la Gobernación y Daniel Quintero en la Alcaldía. Y en la medida en que se han hecho más visibles, es fácil percibir que han generado más confianza entre la comunidad.
La imagen distorsionada del alcalde ganador se fue puliendo sola, en la medida en que Daniel Quintero salió a los medios nacionales a contar pasajes personales de su vida de niño y de joven, salpicados de numerosas dificultades a causa de su extrema pobreza, y cómo, por ejemplo, se colaba en los salones de la Universidad de Antioquia para asistir a clases.
Entonces la comunidad comenzó a reflexionar que Daniel Quintero no era el ogro aliado de la izquierda y mucho menos el protegido de Gustavo Petro.
Ya sin el espeso bosque de las elecciones y apaciguadas las polémicas generadas por la guerra sucia en las redes sociales, surgió la verdadera imagen de Daniel Quintero, un hombre inteligente, con propósitos claros que puede conducir a la ciudad de Medellín por senderos de progreso, y en unión con el gobernador electo Aníbal Gaviria, buscar a todo dar el futuro seguro de Hitroituango y consolidar la sólida estructura de EPM.
Estas posiciones ya más claras le dieron tranquilidad a la comunidad y le generaron una oleada de confianza al alcalde electo, hasta el punto que podemos asegurar sin el riesgo de equivocarnos, que ha ganado más adeptos después de las elecciones.
El mismo fenómeno ha sucedido con Aníbal Gaviria. Los electores y la comunidad antioqueña perciben ahora a un mandatario más maduro, serio, y claro para enfrentar todos los temas que le ponen sobre la mesa. Ha sido claro en temas como Hidroituango y la seguridad, por ejemplo. Va al grano y demuestra que podrá construir una agenda para el Departamento hasta el 2030.
Después de haber triunfado, recuerda su compromiso contundente con la sostenibilidad. Demuestra ahora que va a cumplir su palabra de campaña.
Aníbal Gaviria había anunciado que la estrategia inicialmente denominada Carbono Cero, que consistió en la medición técnica de los impactos ambientales inherentes a la campaña, será Carbono 2.0, dado que las emisiones serán compensadas con la siembra de una cantidad de árboles superior al impacto generado.
La medición estuvo a cargo de un panel de profesionales expertos en el tema ambiental, quienes distribuyeron la huella de carbono de la campaña de Es el Momento de Antioquia en siete frentes: transporte terrestre, público y aéreo, consumo de energía, tecnología, generación de residuos sólidos, papelería, publicidad y material textil; arrojando como resultado una emisión total de 191 toneladas de CO2, que serán compensados con la siembra de 400 árboles en el mes de diciembre.
Otra de las acciones lideradas por la Gerencia de Juventudes, está enmarcada en la disposición final del material publicitario, específicamente, en lo concerniente a las lonas generadas por vallas, pasacalles y pendones, las cuales, después de ser retiradas conforme a la normatividad, fueron reciclados para la confección de bolsas reutilizables, que serán distribuidas de forma gratuita en las plazas de mercado del departamento, como una muestra real del compromiso del Gobernador electo con la cultura del reciclaje y la disminución del uso de bolsas plásticas.
Con el objetivo de fortalecer la propuesta de la creación de la Secretaría de Turismo y el mensaje de impulsar el turismo como un nuevo motor de la economía en el Departamento, durante la campaña se creó el concurso de fotografía Es el Momento de Antioquia Diversa, que contó con una gran aceptación por parte de los ciudadanos.
En total, se recibieron 534 imágenes, provenientes de 65 municipios, de las cuales 100 fueron seleccionadas como finalistas y son expuestas durante todo el mes en AntioquiaLab, y los autores de las 10 fotografías ganadoras tendrán la posibilidad de compartir una cena con el Gobernador ya posesionado, cuyos costos correrán por cuenta de Aníbal Gaviria.
El gobernador electo demuestra que es un mandatario de palabra y Daniel Quintero confirma que sus electores acertaron con su elección. Sí señores, tenemos que reconocer que Antioquia y Medellín quedaron en muy buenas manos.
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