
Por Gabriel Zapata Correa
Cuando el entonces embajador en el Reino Unido, el uribista-santista-petrista y ahora precandidato presidencial Roy Barreras propuso el nombre del secretario general del Senado, Gregorio Eljach, para la Procuraduría General de la Nación, y este recibió el apoyo del autoritario presidente Petro, no faltaron las voces de quienes pensaban que el nuevo jefe del Ministerio Público sería un funcionario de bolsillo de Palacio. Pero qué equivocados estaban todos.
Con el transcurrir de los días, y en determinadas coyunturas claves para el país, Gregorio Eljach ha demostrado que su compromiso es con Colombia y no le ha temblado la mano para sentar posiciones, aún ante el mismo autoritario presidente que se ha querido brincar la Constitución, en el caso específico de su consulta popular, sobre la cual el Consejo de Estado no dudó en suspenderla, aunque sea provisionalmente.
Era muy importante el concepto del procurador General de la Nación, Gregorio Eljach, sobre si era válida o no la votación en el Senado de la República que le hundió la consulta a Petro por dos votos de diferencia, porque él conoce hasta las entrañas todo el sistema de la votación en el legislativo y podía dar un criterio apegado a la ley, como en efecto lo hizo, y se lo envió al Consejo de Estado.
Y posteriormente se pronunció sobre la decisión del alto tribunal de suspender la consulta popular, e instó de inmediato al autoritario presidente a acatar al Consejo de Estado. Según Eljach, esta medida refleja el funcionamiento adecuado de las instituciones democráticas en el país. “Esa decisión es soberana y hay que acatarla y cumplirla”, afirmó el procurador, y subrayó la importancia de respetar las decisiones judiciales como parte del sistema de pesos y contrapesos.
Según explicó durante una rueda de prensa, el proceso comenzó cuando la ciudadanía y la academia llevaron sus inquietudes sobre el decreto ante la justicia administrativa, que, tras analizar el caso, decidió suspenderlo de manera provisional mientras se avanza hacia una decisión definitiva.
El procurador enfatizó que el respeto a las decisiones judiciales es fundamental para garantizar el funcionamiento democrático.
Se deben respetar las decisiones de los jueces. Hacen parte del sistema de pesos y contrapesos”, señaló, añadiendo que este tipo de acciones refuerzan la confianza en las instituciones y en la capacidad del sistema judicial para actuar como garante de la legalidad.
“El Consejo encuentra que hay, de entrada, algunos asuntos que no corresponden a la total legalidad del punto”, explicó Eljach, que también destacó que el proceso judicial continuará hasta que se emita un fallo definitivo.
La intervención del Consejo de Estado y las declaraciones del procurador resaltan la importancia de los mecanismos de control en una democracia. “Lo que demuestra es que estamos en el centro del funcionamiento de las instituciones democráticas”, afirmó.
En uno de los momentos más complejos para el país, el procurador Gregorio Eljach está dedicado a tratar de tender puentes entre el Ejecutivo y las otras ramas del poder público. En entrevista con EL TIEMPO, Eljach dice que “es la hora de la institucionalidad” y de que los líderes políticos entiendan que se necesitan acuerdos, aunque sea mínimos, de convivencia democrática”. Y agregó: “La democracia no es unanimidad, es acuerdo después de la discusión, después del debate, argumentado. De manera que la invitación que venimos haciendo es esa: dialogar para construir consensos, para buscar soluciones entre todos. La polarización no ayuda para nada, agrava más los problemas, pone la solución mucho más lejos”.
Y con relación al autoritario presidente, dijo lo siguiente: “El presidente de la República representa la unidad de todos los colombianos, nos representa a todos. Una vez posesionado, él no es de quienes lo eligieron, es de todos los colombianos y los que están en el exterior. Ahí no podemos admitir sesgos. Todos necesitamos y merecemos que el Presidente gobierne para todos, y que nos represente a todos. Como somos diversos, como somos disímiles, desiguales, pues él también tiene que hacer acopio de esa diversidad y representarla”.
Y enfatizó: “De manera que en privado se lo he dicho, se lo he sugerido con el respeto que siempre le he tenido como servidor público, como senador que fue”.
Muy importante esta acotación, aunque parece haber caído en el vacío, porque Petro no pierde coyuntura para desahogar su odio y su sed de venganza, como por ejemplo lo hizo este viernes en un extenso trino contra los mandatarios antioqueños y la justicia regional. Su espíritu autoritario y su odio lo llevó a acusar a los fiscales de Antioquia de estar sometidos y arrodillados al alcalde Fico Gutiérrez, quien ha cumplido la ley denunciando más de 500 irregularidades que encontró en la administración anterior. ¿Será por vendidas que las distintas fiscalías han imputado cargos a casi 40 exfuncionarios del exalcalde Daniel Quintero? Petro ofende a la justicia de Antioquia.
El autoritario presidente debería aprender de las lecciones de grandeza que está dando el procurador, quien demuestra que tiene talla para el cargo. La talla que le hace falta a Petro para ejercer sus funciones sin odio ni sed de venganza. (Con información de Infobae y El Tiempo).
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