17 octubre, 2025

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Vistazo a los hechos: El presidente Petro se hace el ciego y el sordo

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Por Gabriel Zapata Correa

Una de las expresiones más sagradas de la democracia es el libre ejercicio del voto. Pero también uno de los gestos más gallardos de un dirigente y en específico de un presidente de cualquier nación, es reconocer sin esguinces, sin maquillajes y sin interpretaciones mañosas los resultados en las urnas.

Todo lo contrario es lo que viene haciendo el presidente de los colombianos, Gustavo Petro, luego de su aplastante derrota en las elecciones territoriales del pasado domingo, con la cual una inmensa mayoría de los colombianos le están manifestando un claro y contundente rechazo al mandato que viene ejerciendo desde que ascendió al poder, a sus políticas equivocadas sobre la paz y a los proyectos de reformas que quiere imponer en el Congreso.

Es muy diciente que, como el presidente no quiere escuchar al pueblo en las marchas populares en su contra, este mismo pueblo le está diciendo en las urnas que está muy equivocado y que Colombia va por muy mal camino, hacia el abismo.

El presidente Petro, que ha predicado el cambio desde que llegó a Palacio, está actuando como los viejos políticos clientelistas que él había prometido combatir. Esos viejos políticos clientelistas que jamás aceptaban una derrota en las urnas. Pero es claro que la intención de Petro de no aceptar la derrota electoral, es para continuar con sus políticas equivocadas, y por eso se hace el ciego y el sordo.

El mandatario, con el discurso mamerto y distractor, que siempre ha utilizado para acomodar la realidad a sus propósitos errados, atribuye la interpretación de los resultados electorales a la narrativa periodística que no le favorece.

“En el relato periodístico de la derrota medios y oposición hacen un malabar estadístico. No cuentan las fuerzas que ganaron la primera vuelta presidencial, sino solo donde está el logo del Pacto. Como ese logo solo aparece en el 20% de los municipios, de ahí construyen su narrativa ayudados por algunos sectareos. Las fuerzas de primera vuelta presidencial victoriosa son: Colombia Humana, Polo UP, Mais, Verdes con Petro, liberales al pacto, ASI con Petro, Aico, Fuerza de la Paz, Independientes, Gente en movimiento, Soy porque Somos, ADA, Fuerza Ciudadana.

“Sumen alcaldías, gobernaciones, diputados, ediles, de estas agrupaciones y verán como el relato periodístico cae en falsedad. Ahora, se trata de reunir los elegidos y les propongo aglutinar las fuerzas en un gran Frente Amplio por el Cambio. Bogotá, Barranquilla, Bucaramanga, no las perdimos, simplemente no las teníamos”, afirma hábilmente.

En lo que tiene que ver con Antioquia, con la elección de Andrés Julián Rendón, tenemos que sentirnos orgullosos que casi un millón de antioqueños salimos masivamente a decirle a Petro en las urnas que no queremos su Gobierno, que está muy equivocado y que lo consideramos enemigo del departamento con las decisiones que viene tomando, en venganza por la misma expresión en las urnas en su elección presidencial.

Y cómo no sentirnos también orgullosos por la manera como elegimos a Fico Gutiérrez alcalde de Medellín. Casi 700 mil votos para gritarle al Gobierno que, al igual que rechazamos la actuación de una administración corrupta y divisionista, que acabó con Medellín, condenamos y repudiamos al exalcalde Daniel Quintero, uno de sus voceros más representativos, que se ganó merecidamente el desprecio de esta querida región.

Nos preocupa que el presidente Petro invita a los mandatarios de aquellas zonas donde mantuvo el Pacto Histórico el control electoral a construir lo que él llama un Frente Amplio: “tendrán todo nuestro apoyo.Invitamos a las gobernaciones y alcaldías independientes a realizar el esfuerzo de concertar los planes y presupuestos locales con el plan nacional: ‘Colombia Potencia Mundial de la Vida”.

Divide y reinarás. El presidente radicalizará más al país, porque a los mandatarios ganadores de la oposición simplemente les dice que con ellos “mantendremos un diálogo institucional constructivo, siempre desde la perspectiva de nuestro plan nacional de desarrollo”.

Como quien dice, se ajustan o se ajustan. Mal presagio de lo que le espera a Antioquia y Medellín desde el primero de enero del 2024, con un presidente ciego y sordo que ha demostrado que solo sabe gobernar desde el odio y la venganza.