23 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Vistazo a los hechos: el presidente Petro se hace el bobo con los Derechos Humanos en Venezuela

Gabriel zapata

Por Gabriel Zapata Correa 

El mundo entero habla un mismo lenguaje sobre los Derechos Humanos. Que no es el mismo que le escuchamos al implacable dictador de Nicaragua Daniel Ortega, quien persigue sin tregua a sus opositores, a los medios de comunicación y a la misma Iglesia. Y tampoco es el mismo que pronuncia permanentemente el irredimible dictador de Venezuela, Nicolás Maduro, a quien nuestro presidente Gustavo Petro le hizo venias y caritas durante esta semana en Caracas. 

En este tema no podemos asumir posiciones ambiguas y dudosas como las que ha venido demostrado nuestro presidente Petro, quien aquí en Colombia como senador y candidato siempre utilizó la bandera de los Derechos Humanos como una de sus prioridades si llegaba a la Presidencia. Y este discurso lo empleó pata atacar en forma permanente a sus rivales políticos, y al establecimiento que ahora combate como si continuara en campaña. 

Pero es paradójico que el presidente Petro, y también sus compañeros de lucha en la Colombia Humana y en la coalición del Pacto Histórico guarden entre todos un silencio sospecho, y para decirlo de una vez, cómplice con la dictadura de Nicolás Maduro, quien ha encontrado en el nuevo gobierno de su amigo de izquierda un oasis en el desierto de su soledad internacional, y tal vez la oportunidad de mejorar el ambiente político inhóspito que lo ha rodeado. Dicho en otras palabras, la actitud laxa de Petro ha fortalecido la dictadura de Maduro. 

Este contexto es importante para denotar que no es fácil para el presidente Petro guardar silencio, cuando la ONU, Estados Unidos y Human Right Wacht están recordando permanentemente que Nicolás Maduro tiene entre las rejas a 245 presos políticos, en su dictadura han muerto más de 9 mil personas y tan solo en este año ha cerrado más 96 emisoras, sin recordar la persecución inmisericorde a los grandes medios de comunicación. 

Pero este recorderis lo hacen más evidente, cuando E.U. la ONU y HRW está reclamando también que el dictador de marras convoque a elecciones creíbles como garantía del regreso de la democracia a ese destrozado país. 

Y de suyo, vale traer a cuento que la Human Right Wacht, entidad dirigida ahora por la colombiana Juanita Goebertus, le hizo una serie de recomendaciones al presidente Petro antes de su viaje a Caracas, pero que el mandatario desconoció olímpicamente. Y lo decimos así, porque luego de la tan sonada cumbre de Petro y Maduro, al dictador tan solo le merecieron 35 palabras, para decir que su regreso al Sistema Interamericano de Derechos Humanos “le parecía atractivo”. Y no más. 

Pero no hubo un solo compromiso del dictador, a quien los medios colombianos, con muy pocas excepciones, llaman con la mayor naturalidad “señor presidente”, en una actitud laxa en contravía con el aire democrático que aún vivimos en Colombia. 

Hay un detalle bien importante de la falta de compromiso del dictador Maduro con el retorno de la democracia plena a su país. Y es que cuando terminó la reunión privada entre Petro y Maduro se pararon frente a los periodistas y dieron una corta declaración, pero no aceptaron preguntas, sencillamente para que no los pusieran contra la pared en unos temas tan espinosos como los Derechos Humanos y unas elecciones libres. 

Pero si aquí los medios fueron tibios para cuestionar los resultados de esa cumbre en estos dos temas trascendentales, Estados Unidos no pasó de agache y un portavoz del Departamento de Estado, en una declaración tan diplomática como sincera, le reclama al presidente Petro un mayor compromiso con la democracia y el respeto a los Derechos Humanos frente a Venezuela. 

Ese portavoz indicó que los venezolanos “merecen las mismas oportunidades que tienen los colombianos y otros pueblos de la región para elegir de forma democrática a sus líderes”.  

El mismo funcionario recordó además que el Sistema Interamericano de Derechos Humanos “ha señalado repetidamente la reiterada represión del régimen de Maduro y ha pedido la liberación de los presos políticos, la independencia de los partidos, el respeto a la libertad de expresión y de otros derechos humanos”.  

Y le recuerdan al presidente Petro algunos de los compromisos que debería adquirir el presidente del vecino país: “La rendición de cuentas de aquellos Gobiernos que han roto las normas democráticas, como el régimen autoritario de Maduro en Venezuela”.  

“Las negociaciones lideradas por los venezolanos son el único camino hacia unas elecciones creíbles, libres y justas que reflejen la voluntad del pueblo venezolano en sus esfuerzos por revitalizar la democracia, el estado de derecho y el respeto a los derechos humanos”, dijo el portavoz.  

Ni tan diplomático el mensaje. El presidente Petro y sus acólitos áulicos del Pacto Histórico deben pensar que frente a Venezuela tienen que asumir una posición coherente con las exigencias que hacen en Colombia en materia de Derechos Humanos, por ejemplo, para cuestionar a las Fuerzas Armadas. O están comprometidos con la democracia o son cómplices de esa dictadura. 

A final de estas reflexiones, solo nos queda preguntar: ¿Hasta cuándo el presidente Petro se va a hacer el bobo con los Derechos Humanos en Venezuela?