24 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Vistazo a los hechos: el gobierno cree que el Congreso es una notaría

Por Gabriel Zapata Correa (foto)

Una demostración antidemocrática de un gobierno que se predica ser el paradigma de la democracia en beneficio de la comunidad, es la actitud permanente del presidente Petro y de sus ministros de presionar continuamente al Congreso de la República, desconociendo su autonomía.

Precisamente esta semana, a raíz del enfrentamiento del presidente Petro, con el fiscal General, Francisco Barbosa, el mandatario aceptó en la reunión con las altas cortes respetar la independencia de las ramas del poder público, y entre ellas, obviamente está la legislativa.

Desconoce el mandatario la autonomía del Congreso y su independencia, cuando pretende presionar por todos los medios posibles e imponer la aprobación de sus proyectos de reformas a la salud, pensional y laboral, entre otras.

Nos parece una falta de respeto que el Gobierno les diga al Congreso, a través de sus ministros, que trazó unas líneas rojas, por ejemplo, en la reforma pensional, con la cual busca cambiar el esquema actual de jubilación para los colombianos.

¿Acaso el presidente Petro y sus ministros creen que el Congreso es una notaría, al que solo se le notifican las propuestas, y que los congresistas deben aceptar todo moviendo sus cabezas como ventrílocuos en un escenario teatral?

La amenaza perentoria de las líneas rojas fue la misma que hizo trizas la coalición de Gobierno, cuando la intransigente ministra de la Salud, Carolina Corcho, quiso imponérselas a las malas al Congreso de la República. Y son las mismas que su heredero, Guillermo Alfonso Jaramillo, el ministro que ha tratado de ladrones a todos los funcionarios de la salud, quiere sacar avante con sus gritos y mal genio.

Pero como si fuera poco, el presidente Petro, quien cada día reafirma más sus aires dictatoriales y autocráticos, sale a la plaza pública a decirle al pueblo que salga a las calles a presionar a los congresistas. Poco le falta para que el presidente lo convoque a que se tome las instalaciones del Congreso de la República.

El presidente Petro pregona en sus discursos la libertad del debate, el cual es la esencia y el alma de cómo debe actuar el Congreso de la República. Pero en la práctica no aplica lo que predica porque quiere imponer al precio que sea, aun acudiendo a la mermelada, las reformas que lleva al legislativo.

Desprecia el presidente Petro, también, las recomendaciones y los análisis de los expertos en los diferentes proyectos que pretende sacar adelante.

Con lo hemos dicho en anteriores oportunidades, el Congreso de la República tiene la oportunidad de demostrarles a los colombianos que es capaz de actuar con independencia del Ejecutivo, y de los halagos burocráticos. O convertirán al Congreso en una oficina con funciones notariales. (Opinión).

¿A Petro también le estorba la prensa?

No es la primera vez que la Fundación para la Libertad de Prensa, FLIP, le llama la atención al presidente Petro, por la forma como el mandatario se refiere a los medios de comunicación, en esta ocasión acusando a la prensa de ser cómplice del paramilitarismo, “para desatar un genocidio sobre el pueblo”.

Semejante acusación no podía pasar impune, porque el mandatario no puso las pruebas en sus trinos violentos, los cuales merecen una explicación o una justificación mucho más sustentadas.

Esta clase de referencias o de ataques aleves contra la libertad de prensa, aprovechando su condición privilegiada de presidente de la República, merecen todo el rechazo y la condena de la opinión pública, tal como lo ha hecho ya la Fundación para la Libertad de Prensa.

Este es un síntoma preocupante en Petro. Porque es el mismo rasgo e igual característica de los regímenes dictatoriales de Nicaragua y Venezuela, donde Daniel Ortega y Nicolás Maduro y antes Hugo Chávez, hicieron de los medios de comunicación sus objetivos directos porque no se sometieron a sus discursos.

Hay que reprocharle al presidente el solo intento de descalificar a cualquier medio de comunicación, simplemente porque no está en la línea de sus gustos o caprichos ideológicos.

En este caso, el presidente Petro desbordó el límite de la cordura de su investidura presidencial, al descalificar el título informativo de una nota de Caracol Radio. Lean este trino: “Miren este medio de comunicación tratando de dividir la fuerza pública del Gobierno. Soy el comandante constitucional de las fuerzas armadas. No hay conflicto entre los uniformados activos y el Gobierno nacional”, señaló Petro.

La Fundación para la Libertad de Prensa, FLIP, ya lanzó su voz de alerta y dijo que el presidente Gustavo Petro “endureció su discurso contra la prensa”. Y en un párrafo sin concesiones le dice que el mandatario “ha atacado de manera reiterada y ha promovido una imagen negativa sobre el periodismo y los medios de comunicación en su conjunto”.

Argumenta la FLIP que los mensajes “terminan restándoles credibilidad; buscando presionar la agenda mediática para que aborde favorablemente su gestión; alimentando un discurso en el que la prensa es antagonista, y así abre la puerta a la criminalización de los medios”.

En otra referencia contundente, la Fundación considera que “el presidente interfiere en cómo y qué deben cubrir los medios de comunicación que lo controvierten. “No es la primera vez que el presidente interfiere en el ejercicio libre de la prensa. Sus críticas y refutaciones han sido constantes desde el inicio de su Gobierno, hace nueve meses. Ha insistido en responsabilizar a los medios de comunicación de diversas conductas, incluso de actos delictivos, para invalidar sus denuncias y reportajes de interés público”.

La FLIP también advierte que los señalamientos del mandatario, algunos de ellos “individualizados por él mismo en sus redes sociales”, eleva “el riesgo al que están expuestos las y los periodistas, en un país donde la violencia cobra la vida de las y los comunicadores”. Y recuerda la FLIP que en los últimos tres meses fueron asesinados tres periodistas en los departamentos de Córdoba, Nariño y Magdalena.

“Desde la FLIP reiteramos que el deber constitucional del presidente Gustavo Petro, como mandatario, es enviar un mensaje de respaldo a la prensa, adoptar medidas urgentes, adecuadas y eficientes para generar un espacio óptimo para el debate social utilizando las vías institucionales, así como promover y adoptar las garantías para la veeduría pública y de prensa sobre la función pública y la gestión del Gobierno”, agrega.

Unimos nuestra voz de protesta a las alertas de la FLIP, así como hemos condenado públicamente cualquier intención de este gobierno de brincarse las instituciones.

Y si ya le está estorbando la prensa, de malas, señor presidente. No se le olvide que aún estamos en una democracia.