29 marzo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Vistazo a los hechos: El derecho a la protesta no justifica la violencia

Gabriel zapata

@IvanDuque

Por Gabriel Zapata Correa

Sin lugar a dudas la mayoría de los colombianos guardamos una excesiva y justificada preocupación por la marcha del próximo jueves 21, en la llamada protesta nacional.

¿Por qué? Por los recientes acontecimientos en Chile, cuyas causas, consecuencias y pérdidas aún no han sido aclaradas y calculadas, sobre todo en el marco social, por el contexto que significa ese país a nivel internacional, especialmente para Suramérica.

El temor a que esta protesta derive en hechos violentos es bien fundamentado, porque en recientes marchas actores infiltrados han provocado hechos violentos que pueden a conducir a consecuencias peores en esta ocasión. Y no es difícil presumirlo porque durante estos días los organismos de inteligencia han detectado la presencia de extranjeros que llegaron a Colombia para participar en la marcha de este jueves, inclusive 10 de ellos ya fueron expulsados del país. Y es posible que estas personas infiltradas reciban financiación de organizaciones internacionales.

Los hechos que han ocurrido en otras marchas de las últimas semanas son organizados por gente debidamente entrenada, que no tiene nada que ver con los líderes, quienes han demostrado sensatez y han confesado en diferentes medios y escenarios que  no están de acuerdo con la violencia y el vandalismo, y que se mantienen al margen de promover cualquier expresión de violencia en la marcha del próximo jueves.

Es cierto e indiscutible que la protesta es un derecho consagrado en la Constitución, pero por ningún motivo esta justifica la violencia, ni los desórdenes. Por eso compartimos del todo y por el todo las apreciaciones del señor presidente Iván Duque cuando afirma que “Estamos hablando todos del 21 de noviembre (…) La protesta social pacífica es un derecho, es democrática, es un mecanismo de expresión y marchar pacíficamente para expresar un sentimiento de democracia debe gozar de todas las garantías”, manifestó el mandatario.

Pero de inmediato dijo que “se ha visto, tanto en otros países como en Colombia, que existe quienes quieren pescar en río revuelto y aprovecharse de la expresión pacífica de la protesta social para ejercer el vandalismo y la violencia… Somos todos los colombianos los que debemos rechazar esas expresiones de violencia porque se destruyen democracias y afectan la expresión democrática de la protesta social”, dijo.

El Presidente dijo que “así como la protesta del próximo 21 de noviembre contará con todas las garantías, el Estado también será implacable con quienes generen caos y amedrentamiento a la sociedad. Y de paso informó que “fueron expulsados 10 extranjeros que quería venir a propiciar violencia. Fueron expulsados porque eso no lo vamos a permitir los colombianos”.

Duque aceptó que los gobernantes deben escuchar a la ciudadanía y les respondió a quienes le han recordado que él ha marchado en el pasado. “Sí, yo he marchado por causas, pero nunca he llamado a la violencia y nunca lo haré”.

Y  la ministra del Interior, Nancy Patricia Gutiérrez también se refirió a la marcha del 21 de noviembre. “El Gobierno Nacional respeta el derecho a la protesta (…) pero también rechaza los actos de violencia. Quienes van a salir a marchar tienen ese derecho, pero también la obligación de respetar los derechos de quienes no van marchar”.

La prensa nacional informa que diferentes sectores se han unido a la convocatoria de la marcha del próximo 21 de noviembre, desde miembros de la oposición política hasta los movimientos sindicales y estudiantiles. Incluso, varios artistas reconocidos como Aterciopelados, Goyo, de Chocquibtown, o Adriana Lucía han hecho el llamado a la ciudadanía para que se unan a la manifestación en todo el país.

Los colombianos debemos recibir estas protestas de buen agrado, pero obviamente rechazar cualquier incitación a la violencia. Por eso es bueno tener la perspectiva de lo que sucedió en Chile.

Violentos sin escrúpulos se pueden infiltrar y distorsionar los objetivos de la marcha, que tiene motivos tan respetables, por ejemplo, como el de expresar el repudio por el asesinato de los indígenas y de los líderes sociales.

Que los colombianos de bien que quieren marchar el próximo jueves, lo hagan con tranquilidad, con una verdadera vocación democrática y pacífica.