23 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Vistazo a los hechos: El alcalde Quintero no quiere a EPM…

Gabriel zapata

Por Gabriel Zapata Correa 

“Medellín ya no les pertenece”. Este trino escrito por el alcalde de Medellín Daniel Quintero, el 1º de enero de este año, parece estar cumpliéndolo al pie de la letra, mucho más que cualquiera de las promesas de su campaña. 

Al igual que este trino, en el alcalde se cumple una increíble paradoja: No quiere ni a Medellín ni a Antioquia, pero hace realidad aquella frase lapidaria de esta tierra: obras son amores y no buenas razones. 

Es decir, para demostrarnos que Medellín ya no nos pertenece, basta con recorrer algunas de sus calles: La basura nos está comiendo en los andenes, en los separadores de vías, en los postes, en casi todas las esquinas. Y como si fuera poco, la malla vial está destruida. Obras son amores… para qué más palabras. No necesitamos más explicaciones. 

Los visitantes nos preguntan en todas partes: ¿Qué le pasó a Medellín? ¡Qué ciudad tan abandonada!, nos comentan. 

Pero eso no es todo. El alcalde anuncia con bombos y platillos que vino a defender a EPM. Pero nos cree bobos. La empresa más querida por todos los antioqueños lleva cinco gerentes en dos años de su gobierno y el actual, literalmente hablando, fue destituido por el Tribunal Administrativo de Antioquia, porque desconocieron la ley en su nombramiento. Y todos tan campantes.  

Al alcalde le importa un rábano, porque le importa un rábano EPM. 

Y si le doliera EPM, como lo dice en todas partes, no hubiera nombrado en la gerencia de Afinia a un oscuro personaje, obedeciendo desconocidos y sospechosos intereses políticos y tampoco hubiera nombrado a tantas personas en la empresa desconociendo todas las normas y principios del Gobierno Corporativo.  

O pregúntenle a los empleados y ejecutivos de EPM qué piensan del alcalde Daniel Quintero. ¿Y saben qué dicen de la empresa? ¡Que EPM es tan buena y su estructura es tan sólida, que el alcalde no ha podido acabar con ella!  

Y además que, pese a que EPM se volvió una caja menor de la administración, sigue dando utilidades. 

Pero el tema que más nos preocupa a los antioqueños y a buena parte de los colombianos, es el futuro de EPM. El presente y el futuro de Hidroituango es la prueba de oro, y pese a los campanazos que ha recibido desde varios escenarios y de voces autorizadas, el alcalde Daniel Quintero se hace el de la vista gorda, porque le pesan más sus intereses personales y políticos. 

Es increíble que el alcalde Quintero desconozca la voz del presidente Iván Duque. El presidente ha dicho que Hidroituango no puede perder a un aliado como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), entidad que advirtió que, si hay cambio de contratistas o una cesión del contrato, se retiraría del proyecto. 

Increíble que el alcalde ponga en duda la credibilidad del presidente de la República, quien además añadió que “no podemos estar jugando con la seguridad energética del país”. 

La afirmación del presidente Duque fue categórica: “Esto es algo que tenemos que tomarlo muy en serio los colombianos, porque no podemos perder la presencia del BID, que ha sido un organismo que genera credibilidad y confianza por sus prácticas sociales y ambientales. Una salida del Banco Interamericano puede poner en riesgo la continuidad de este importante proyecto”, indicó el presidente Duque. Advirtió el primer mandatario que la salida del BID puede generar un efecto dominó entre las aseguradoras y en otros frentes financieros. 

Y en otros escenarios empresariales, como para que no le quede duda al alcalde, volvió a advertir: “No podemos tener un solo retraso o demora que ponga en riesgo la entrada en operación de un proyecto, que es una oportunidad de generación eléctrica. Lo que hemos visto y lo que se conoce es un siniestro y se requiere el pago de las aseguradoras”. 

El mismo gobernador Aníbal Gaviria también lo ha repetido, que el “departamento no puede ser inferior al reto de terminar el proyecto Hidroituango”. 

Y el presidente también ha dicho: “Por eso yo creo que lo que hay que garantizar es que el proyecto tenga continuidad con quienes han estado trabajando en él. Aquí no podemos correr riesgos sobre la seguridad energética y sobre un proyecto que beneficia a toda la nación… lo que ocurrió en Hidroituango “fue un siniestro” por lo que quienes tienen que entrar a pagar son las aseguradoras. E indicó que, “no podemos dejar que salgan a relucir unos discursos que no tienen sustento para tratar de afectar la continuidad de la obra”. 

Si el BID se retira del proyecto, entraría a cobrarle de contado a EPM US$450 millones y si Hidroituango no prende turbinas en junio del año entrante, las sanciones de la Creg superan los US$600 millones. O sea, la inminente quiebra de EPM. 

Entonces el alcalde Quintero se sentirá orgulloso, porque habrá logrado su objetivo: ¡Medellín no les pertenece!