20 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Vistazo a los hechos: Duque y el Covid-19 van a enterrar al país

Gabriel zapata

Por Gabriel Zapata Correa 

Los colombianos estamos asustados. En qué coyuntura nos ha metido el presidente Iván Duque, precisamente ahora que estamos acorralados por las consecuencias del Covid-19, que cada día nos pintan un panorama mucho más negro: Cada día se cierran más empresas y el desempleo cabalga en todas las ciudades del país, sin distinción alguna de clase social. 

Pero los colombianos estamos más desconcertados, porque uno fue el candidato Iván Duque que nos vendió unas ideas y unas propuestas en campaña, y otro el Iván Duque presidente que nada en un mar de incoherencias, y que, ante su incapacidad de poner en práctica sus promesas de adelgazar un Estado burocrático y derrochón y de combatir la evasión y la corrupción rampante, le traslada al ciudadano de a pie las angustias de sufragar y sostener de su salario y de su pensión, sudada durante 20 años, los gastos para que la nación pueda apenas subsistir. 

Aún tenemos frescas aquellas críticas que el candidato Iván Duque le lanzaba sin compasión alguna al entonces presidente Juan Manuel Santos, para combatirle desde el Senado y en la plaza pública sus reformas tributarias, especialmente aquella que nos tiró la canasta familiar al IVA del 19 %. 

Afortunadamente existen las redes sociales. Las promesas de los políticos y de los candidatos ya no se las lleva el viento. Las redes sociales están llenas de correos, de mensajes y de videos en los cuales se aprecian en todas sus dimensiones de los discursos e intervenciones del flamante aspirante presidencial, prometiendo el oro y el moro. Pero a su vez esas intervenciones nos sirven para confirmar que el candidato Iván Duque y su partido el Centro Democrático, que lidera el expresidente Uribe, nos engañaron a los colombianos. Así de claro, y de sencillo. 

En esta reforma tributaria, que el presidente Duque ha bautizado con el rimbombante nombre de “Transformación social sostenible”, porque seguramente serán muchos los colombianos que quedarán peor que los venezolanos en la olla, hay de todo. Desde el IVA del 19 % a los servicios públicos de agua, luz y gas para los estratos 4, 5 y 6, hasta el internet y los servicios funerarios y de cremación pagarán. ¡No hay derecho! 

Pero como hay de todo, hasta las preferencias para el sector financiero, pues no habrá sobretasa para los bancos, tal vez los más favorecidos con todas las reformas tributarias que en Colombia han sido y los que reciben las más frondosas utilidades.  

¡Ya sabemos para quién está trabajando el presidente Duque! 

El presidente no se ha distinguido por darle el tratamiento justo a la clase media, que en esta reforma tributaria también va a llevar del bulto. 

Circula por las redes sociales un correo que bien vale la pena, para que vean cómo se sienten tratados los ciudadanos de los estratos 4, 5 y 6. 

Vale la pena leerlo: Quienes por nacimiento o por esfuerzo, tenemos la desgracia de pertenecer a los estratos sociales 4,5 y 6 en Colombia, hemos descubierto que somos las clases parias de la sociedad y no tenemos quien nos defienda, por vergonzantes, no obstante, ser el soporte de la economía y de la democracia del país 

Veamos: 

1-pagamos entre otros: 

Medicina preparada. 

Educación privada. 

El 4 por mil. 

Sobrepasa a la gasolina. 

Impuesto de vehículo. 

Impuesto predial. 

Impuesto de Ica. 

Impuesto de valorización. 

Impuesto al patrimonio. 

Impuesto de renta. 

Iva. 

No accedemos a ninguno de los subsidios asistencialistas que da el gobierno, hoy ya, un tercio del presupuesto nacional, muchos de los cuales desestimulan el empleo y la producción. 

Asumimos, todos los subsidios que al gobierno de turno se le ocurran, para subsidiar a los más pobres, cuando es su responsabilidad 

Pertenecemos al 5% de los únicos colombianos que pagamos impuestos. 

Generamos empleo. 

Sufrimos el mayor peso económico de la pandemia y no recibimos la ayuda estatal, proporcional a nuestro daño. 

No pertenecemos al 65% de la economía informal. 

Votamos juiciosos en todas las contiendas electorales, esperanzados en escoger líderes, que nos ofrezcan un mejor país. 

Y ahora entre otros: 

Nos quieren subir los impuestos a unos niveles confiscatorios. Nos quieren quitar las deducciones por salud y educación. Nos quieren imponer una sobretasa del 20% en los servicios públicos. 

Nos preguntamos: ¿Si Petro llega a la Presidencia, qué más nos van a sacar? ¿De dónde? ¿Qué tal que desaparezca el miedo a su elección? 

Defendamos lo nuestro sin pena, antes de que sea demasiado tarde. 

Y vale la pena también repetir: En todos los países del mundo se están aprobando reformas tributarias, pero para ayudarle a los pueblos golpeados por el Covid-19, no para acabarlos de ahogar como en Colombia.