
Por Gabriel Zapata Correa (foto)
Hay tres acontecimientos de las últimas semanas de la vida nacional, que nos demuestran que el presidente Petro tiene serios problemas con la aplicación de la palabra dignidad.
El diccionario dice que dignidad tiene que ver con honradez, respetabilidad, nobleza, honestidad, honorabilidad. Y agrega que La dignidad o “cualidad de digno” hace referencia al valor inherente a cada ser humano concreto por el simple hecho de serlo, en cuanto ser dotado de libertad. No se trata de una cualidad otorgada por alguien, sino consustancial al ser humano”. Listo, así de clarito.
Pero las incoherencias del mandatario nacional frente a los migrantes, las circunstancias que han rodeado a la crisis del Catatumbo y la vinculación a su gobierno del cuestionado excongresista Armando Benedetti, nos demuestran que el presidente Petro aplica la palabra dignidad de acuerdo con sus conveniencias e intereses personales, no a los del país ni de los colombianos.
Desató la crisis con el presidente Trump supuestamente por el traslado indigno de los migrantes colombianos al país, cuando ya el pasado mandatario Biden había hecho lo mismo en las mismas condiciones con más de 24 mil. Y le tocó patrasearse en menos de una hora, cuando Trump le apretó la soga al cuello.
¿Y qué ha pasado en el Catatumbo? ¿Cuánto demoró para reaccionar, mientras se daba un paseo por Haití, y miles de niños, niñas, mujeres y hombres eran humillados por el ELN, el Clan del Golfo y otras bandas criminales? Y tampoco dijo ni mu, cuando su ministro de la Defensa, Iván Velásquez, aparecía dándose un afectuoso abrazo con su similar del gobierno de su amigo el dictador, el narco militar Vladimir Padrino, por quien Estados Unidos ofrece una nueva recompensa de hasta 15 millones de dólares. Vale recordar que el Departamento de Estado también decidió otras sobre la dictadura. “Las ofertas de recompensa han sido elevadas a hasta 25 millones de dólares por información relacionada con Maduro y su ministro del Interior y Justicia, Diosdado Cabello”.
Y el caso de Armando Benedetti deja al presidente Petro pintado de cuerpo entero, si vamos a hablar de la palabra dignidad y la relacionamos con honradez, respetabilidad, nobleza, honestidad y honorabilidad. ¿En cuáles de estas virtudes encaja Benedetti, de acuerdo a las propuestas del presidente Petro, para que se convierta en el hombre de confianza del mandatario nacional, y en el segundo funcionario más poderoso de Palacio?
¿Cuántas acusaciones e investigaciones afronta Benedetti por maltrato a la mujer? ¿Qué pasó en la Fiscalía, ahora de bolsillo de Petro, con la investigación contra Benedetti, por el maltrato a su esposa, cuando era embajador en la FAO?
Y no habían pasado 24 horas después de su inobjetable triunfo en el explosivo y escandaloso Consejo de Ministros, en el cual el presidente Petro sacrificó a sus más tradicionales amigos de la izquierda por Benedetti, cuando la Corte decide llamarlo para que responda por presunto tráfico de influencias en el caso de Fonade.
Los fieles seguidores del gobierno de Petro no pueden decir que todo esto es un montaje de la oposición. Y que los ataques y acusaciones contra Benedetti provienen de la extrema derecha o de quienes no quieren su Gobierno. Fueron los más leales al presidente antes, durante y después de su campaña presidencial quienes le quitaron el velo al mandatario nacional, durante el histórico Consejo de Ministros.
Veamos algunos: – Augusto Rodríguez, leal a morir de Petro: “(...) Cuando el señor Benedetti llegó a la campaña, yo puse alertas. En ese momento él no tenía orden de captura y había procesos, pero también me enteré de sus artimañas para lograr que no fuera puesto preso.Yo pienso que este no es el espacio del señor Benedetti”.
– La vicepresidente Francia Márquez señaló que no está de acuerdo con la incorporación de Benedetti al Gobierno.
– La ministra del Medio Ambiente, Susana Muhamad : “No me puedo sentar, como feminista, en esta misma mesa de gabinete con Armando Benedetti”.
– Gustavo Bolívar: “He sacrificado todo por este proyecto, pero creo que Laura Sarabia y Armando Benedetti no deberían ocupar estos altos cargos”.
Como ven, el presidente Petro no tiene excusas, ni argumentos para defender la interpretación o la aplicación que él hace de la palabra dignidad.
¿Han entrado ustedes alguna vez a un almacén de zapatos? ¿Han utilizado alguna vez un calzador? Un calzador es un utensilio que le permite a quien lo use ponerse los zapatos más fácilmente. Esa es la dignidad para el presidente Petro, un calzador de acuerdo a sus conveniencias personales y políticas.
En este caso, la dignidad de Petro se llama Armando Benedetti, quien está por encima de todos los colombianos.
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