25 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Vistazo a los hechos: Agobiados por la inseguridad, y peor en Medellín

Gabriel zapata

Por Gabriel Zapata Correa 

Pocas veces el país se había enfrentado a una coyuntura peor en materia de orden público, como la que está viviendo en estos momentos. Sin lugar a equivocarnos son los peores índices en materia de seguridad que haya ofrecido gobierno alguno. El de Duque es el peor, hay que decirlo con franqueza.  

Aunque no se tengan cifras concretas por ciudades, las últimas encuestas revelan que tan solo el 2% de los colombianos percibe que su seguridad está mejorando, mientras que el 96% dice que siente que está empeorando. 

Pero una cosa es la fría cifra de una encuesta que puede decir mucho, poco, o nada de acuerdo de donde se le mire, y otra lo que está viviendo el ciudadano de a pie y las terribles experiencias de lo que está sucediendo en casi todas las ciudades del país, y que desafortunadamente están mostrando a un gobierno inerme y totalmente incapaz para garantizarle seguridad y tranquilidad a su ciudadano. 

Esta es la gran diferencia entre la percepción y la vivencia diaria, que se traduce en temor o terror a salir, a ingresar a un establecimiento público, subirse a un bus, o entrar a un restaurante. Porque se da la circunstancia que los atracos ya casi no son individuales, sino colectivos. 

Pero a la vez, frente a los altos niveles de corrupción, la gente de bien, indefensa siempre en estas difíciles circunstancias, se pregunta quién la puede defender, si los corruptos están empotrados en el poder. En otras palabras, un ciudadano que percibe que está en manos de delincuentes y de corruptos. 

Por algo este mismo ciudadano responde en todas las encuestas que sus grandes preocupaciones son la inseguridad y la corrupción, ambos ítems de la mano del desempleo. Y frente a esta dura realidad que ya se vive a diario, este ciudadano indefenso se encuentra frente a las mismas respuestas retóricas de las autoridades, las cuales demuestran que ante los hechos incontrovertibles e irrefutables ya agotaron las frases explicativas. 

Pero pese a tantos anuncios de las autoridades y a las numerosas denuncias, lejos de menguar, los hurtos crecen y cada vez son más violentos. Sus consecuencias salpican diariamente los espacios de los noticieros y de todos los medios, y la sociedad padece amedrentada, cada día más, la avalancha de los atropellos. 

Pero hay un hecho mucho más lamentable, y preocupante, el cual demuestra lo que el presidente Iván Duque lamenta como “brecha grande en el sistema judicial” y dio a entender que se está trabajando para lograr condenas verdaderamente duras contra los ladrones y asesinos que tienen azotada a Bogotá, y también a otras ciudades del país. ¿Pero, y qué? 

“Estamos viendo una brecha grande en el sistema judicial. Muchas veces se captura al delincuente, atracador o fletero y, a las pocas horas, termina quedando en libertad. Necesitamos que haya una armonía entre las capturas y la judicialización; eso es lo más importante que tenemos que lograr. Por eso, estamos haciendo mesas concertadas con la Fiscalía y con la rama judicial, para que no queden en libertad los bandidos que terminan reincidiendo, a veces, en situaciones fatales”, añadió Duque, en palabras recogidas por Noticias Caracol. 

El director general de la Policía, Jorge Luis Vargas, reveló que el 68% de las personas detenidas por atracos, asaltos a mano armada o robos de toda clase, son dejadas en libertad por los mismos jueces. 

En lo que atañe a Medellín, hay que decir que la capital antioqueña afronta el peor momento de su historia en materia de inseguridad. Aquí como en Cali y en Bogotá se está imponiendo, a bala, la modalidad de atraco a restaurantes y locales comerciales. Los videos que circulan en las redes sociales así lo confirman, algunos de ellos a plena luz del día. 

Es hora que las autoridades locales comiencen a operar efectivamente y le muestren resultados a la ciudadanía, que se traduzcan en tranquilidad y en la misma percepción de que no te van asaltar en cualquier esquina o en tu restaurante preferido. 

Esta misma eficiencia es la que se le reclama al Gobierno del presidente Duque para que reasuma las riendas que le encomendaron en las urnas millones de colombianos, que ahora claman por alguien que los defienda, con hechos y no con palabras.