23 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Una tribuna, un balconcito, un líder, un simulador

Descripción: escritor

Por Darío Ruiz Gómez 

Juan Ramón Jiménez inmenso poeta reclamaba: “Inteligencia, dame el nombre exacto de las cosas” Temeroso de que ante la muerte de la palabra víctima de la frivolidad, del oportunismo político, la poesía abandonara su vocación de afirmar una verdad íntima, refugio de todo(a) perseguido(a), el desafío de la lírica ante las funciones que se les exigía a los poetas para convertirlos en propagandistas de cualquier poder.

Ya que nos comunicamos en estos tiempos de horror no a través de los llamados medios de comunicación sino precisamente a través de aquello que para el poder es imposible descifrar, la metáfora. Quiero recordar que estamos ante un problema de lenguaje y que quienes  tratan  en estos momentos de escapar de este atolladero donde el crimen continúa impunemente justificado por un folclórico “Comisionado de Paz”, ya saben que con incendiarias  proclamas   no se puede  acceder  al lenguaje  de la paz que desea toda la ciudadanía y mucho menos hacer frente a esa maquinaria de la mentira que es hoy lo que ha puesto en movimiento el Gobierno a través de sus asesores de comunicación y algunos medios cómplices. Porque  lo que el 1 de Mayo  ha dicho  el Presidente desde un balconcito y ante unas lánguidas representaciones sindicales, es irrefutablemente, lo que literalmente dijo, ya que no se puede hablar hacia el presente con palabras que los hechos ya han enterrado para siempre: la amenaza de convocar a las masas populares, de recuperar las protestas callejeras a “nombre del pueblo” o sea de declarar la revolución si no se aprueban sus caprichos, llevan a preguntarse : ¿Cómo creó esas supuestas masas si las desconoce? ¿No le han dicho sus asesores que ya no se hacen revoluciones sociales con violencia? Las calles –una conquista urbana de la Democracia- hoy no existen en Colombia porque los terroristas se apoderaron de ellas. Decir las masas es referirse a enjambres que han perdido la conciencia y pueden ser utilizadas para asonadas criminales y sometidas para siempre. Albert Speer el arquitecto diseñó para las multitudes hitlerianas esos manipulables espacios donde la ciudadanía fue transformada en fieras al servicio de un paranoico que los llevó a la muerte y a justificar la barbarie más sombría. Ahí está la espléndida belleza republicana de nuestro Capitolio, el espacio cívico de la Plaza de Bolívar convocantes a un diálogo auspiciado como una conquista de nuestra República.  Una Polis, un Ágora para el intercambio social de toda la ciudadanía que las hordas salvajes de la “Primera línea” trataron de quemar para instaurar su salvajismo.

Aquí se hace necesario ilustrar esta situación que ha llevado a equívocas interpretaciones semánticas haciéndolo desde la exacta diferenciación que Marx establece cuando nos recuerda que la Historia se produce, la primera vez como tragedia y la segunda vez como una  miserable farsa –“Dieciocho Brumario”- . La primera vez como presencia del héroe que de su derrota hace una conquista para la humanidad y la segunda de quien simula ser un héroe cuando es en realidad un farsante que sueña despierto que es un Tribuno cuando no pasa de ser un simulador que grotescamente convierte el discurso de la dignidad en un esperpento. Es la pataleta   del inferior cuando en nuestra época nace el populismo. Ya lo dijo Ortega y Gasset con suma clarividencia:” Es característico en nuestra época no que el vulgar crea que es sobresaliente y no vulgar, sino no que el vulgar reclame e imponga el derecho de la vulgaridad, o la vulgaridad como un derecho”.

P.D El colmo de la ignorancia de los asesores de Petro: ponerlo a decir que la Colonia española se hizo bajo el modelo de la sociedad Feudal europea.