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Se cumple mañana el primer año de la triste desaparición de nuestro gran amigo Sergio Ignacio Soto.
Soto, el inigualable amigo y un ser humano de insuperables valores humanos, se nos fue una tarde en Cartagena. Y desde entonces su querida familia, sus amigos y allegados cercanos seguimos sintiendo un profundo vacío en el alma.
Sergio Ignacio, quien dirigía con lujo de detalles a Fenalco Antioquia desde mayo de 2004, era un ser humano excepcional, un profesional respetable y respetuoso, un hombre siempre correcto, transparente, solidario y leal con los amigos.
La abrupta desaparición de Sergio Ignacio despojó al país, a Antioquia y a Medellín de un líder sólido, formado en la lucha, con unas ideas claras que le permitían defender al ciudadano de a pie de los atropellos de los gobiernos. Era firme en sus exigencias y reclamos. En este aspecto no tenía pelos en la lengua para hablar de frente.
Sergio Ignacio era respetado por todos los mandatarios de turno. Con su estilo particular de decir las cosas por su nombre, le aceptaban los reparos presidentes, gobernadores, alcaldes o ministros. Era una irreverencia muy especial, aunque respetuosa, pero muy acatada.
La Tertulia Punto Cadeneta Punto, que preside el empresario Augusto López Valencia, y de la cual Sergio Ignacio era su vicepresidente, no aún no sale de su profundo dolor y de su asombro por la desaparición del amigo.
Porque Sergio Ignacio siempre fue una persona muy especial, afectuosa, sincera, grandilocuente a veces, que sabía combinar ese estilo particular de pronunciar sus “discursos” en ocasiones prolongados, con su toque picaresco que despertaba la risa en las reuniones.
La Tertulia Punto Cadeneta Punto, aún golpeada, le guarda siempre el afecto y el recuerdo que se merece una persona de tan altas calidades humanas como Sergio Ignacio, el gran amigo del alma.
A su querida esposa Adriana, a sus hijas María Clara y Sofía y a todos sus queridos familiares, que Dios los siga protegiendo. Todos lo recordamos con gran afecto, porque un amigo jamás se va.
El rector general de la Universidad Pontificia Bolivariana, sacerdote Julio Jairo Ceballos, oficiará una misa mañana a las 6 y 30 en su memoria.
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