28 marzo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Un plan para el control de inundaciones en la ciudad de Medellín

Jose Hilario Lopez

Por José Hilario López  

En las últimas semanas se han agravado las afectaciones por inundaciones en la ciudad de Medellín, con pérdidas de vidas humanas, como sucedió el pasado fin de semana. El martes de esta semana el río Medellín alcanzó niveles históricos, desbordándose en varios sitios. Las inundaciones no son nada nuevo en la ciudad y en el valle de Aburrá. Tal como lo anoté en mi columna del pasado mes de octubre, en sólo un fin de semana de dicho mes en la ciudad de Medellín se presentaron cerca de 143 emergencias, relacionadas con deslizamientos, avenidas torrenciales e inundaciones. EL Calentamiento Global hace que cada vez las precipitaciones sean más intensas, lo cual se traduce en mayores caudales descargados por las quebradas tributarias del río Aburrá (su propio nombre), cuyo canal resulta insuficiente para evacuarlos.  

Para el manejo de las quebradas desde hace varias décadas he estado proponiendo construir obras de recuperación del cauce natural de las quebradas, tal como lo ha hecho el Instituto Sabo de Japón, con corrientes de régimen torrencial similar al de nuestras quebradas. Las obras propuestas consisten en una serie de presas escalonadas y de poca altura, que bien pueden conformarse con muros de gaviones anclados con barras de acero al lecho de la corriente. Estas presas tienen por objeto retener los sedimentos que transporta el torrente, con lo cual se logra levantar el fondo del cauce y, con ello, ampliar su sección.  Por efecto de la operación de las presas se “aplana” el pico de la creciente, lo cual aumenta el tiempo de concentración de la escorrentía crítica, reduciendo así el riesgo por inundaciones y avenidas torrenciales (las mal llamadas avalanchas), aguas bajo de la intervención

La eficacia de estas presas se demuestra con una obra construida por el Municipio de Medellín en los años 70 del siglo pasado en la quebrada La Iguaná, inmediatamente aguas arriba del cruce con la Carrera 80, quebrada ésta donde desde el siglo XVII históricamente se presentaban avenidas torrenciales e inundaciones en su curso inferior, una de las cuales arrasó el caserío indígena de Aná, así como las recurrentes inundaciones de la antes denominada Otra Banda.  La referida obra permitió recuperar para la ciudad valiosos terrenos para proyectos urbanísticos, centros culturales y espacios púbicos, amén de la protección de antiguos asentamientos subnormales localizados aguas abajo en las orillas de la misma quebrada. 

Dicha experiencia debería ser evaluada como solución para mitigar los riesgos asociados con avenidas torrenciales de las quebradas, que drenan las laderas circundantes a las áreas pobladas en nuestro valle. Esto no da más espera, ya que, por causa de altas precipitaciones asociadas con el Cambio Climático, las avenidas torrenciales en la región andina y en especial en estrecho valle de Aburrá serán cada vez más frecuentes, intensas y devastadoras. 

No hay espacio para más esperas y pomposos anuncios: el 100 % de la red hidrográfica de Medellín carga con algún grado de riesgo, tal como lo precisó el pasado mes de junio Luis Humberto Ossa, subsecretario de Recursos Naturales del Municipio de Medellín. Para empezar, propongo que el Área Metropolitana del Valle de Aburrá (AMVA), lidere un plan de mitigación de la torrencialidad de las quebradas, con presas escalonadas, empezando con un plan piloto para lo cual se seleccionarían dos de las 12 quebradas identificadas como las más críticas.  Además del municipio de Medellín, el AMVA deberá convocar el apoyo de EPM. 

El alcalde de Medellín, Daniel Quintero, acaba de anunciar que al próximo mandatario de nuestra ciudad tendrá que ejecutar un gran proyecto de transformación o la recanalización del río Medellín, así como la renovación de la red de alcantarillado y la actualización de estudios hidrográficos que le permita saber a la ciudad con exactitud cuál es el estado de las 4.217 quebradas (afluentes del río Medellín en su paso por la ciudad) y cómo intervenirlas. 

Según Quintero, renovar todo el alcantarillado de la ciudad superará los $10 billones.  

Lo que omitió mencionar el señor Alcalde, según denuncia del periodista Juan Felipe Zuleta en la crónica publicada el día de hoy jueves en el Periódico El Colombiano, es que entre los años 2015 y 2019 EPM ejecutó el proyecto Centro Parrilla con el cual se construyeron 41,69 kilómetros de redes de acueducto y 48,21 kilómetros de redes de alcantarillado, modernizando las redes del Centro de Medellín, lo que permitió recolectar 107 descargas de aguas residuales que antes vertían directamente en las quebradas que atraviesan la ciudad, y que ahora son colectadas y transportadas de manera directa hacia la planta de tratamiento Aguas Claras en el vecino municipio de Bello.