Turismo Espacial, Privilegio de Pocos

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Por Rafael Bravo

“If we had a trillion humans, we would have a thousand Einsteins and a thousand Mozarts and unlimited, for all practical purposes, resources and solar power.” 

‘’Si tuviéramos billones de humanos tendríamos mil Einsteins y mil Mozarts e ilimitados y para todos los propósitos prácticos, recursos y energía solar’’. Jeff Bezos 

Cuando se es multimillonario el dinero se convierte en un accesorio. Hasta sirve para darle una mirada al espacio así sea por unos pocos minutos. La majestuosidad del universo es la esperanza para un mejor futuro. Desafortunadamente, en las últimas semanas se muestra que el mañana está reservado para los ricos que se han beneficiado de un sistema económico injusto y favorable para una minoría. No debe sorprender a nadie que esos archi millonarios compitan para ser primeros y llevarse el trofeo que los certifica como número uno. Richard Branson podrá morirse diciendo que fue el pionero del turismo espacial. 

Branson creó a su Virgin Galactic pensando en el espacio. Al fin y al cabo, galáctico significa pensar en ese ‘’conjunto de estrellas, polvo interestelar y demás partículas de ese sistema autónomo dentro del universo’’. En justicia, Branson desde un inicio proyectó su idea de salir de estas tierras mirando el más allá. Otra cosa es que tenga lo que ahora se denomina el ‘’músculo financiero’’ para llevar a cabo un proyecto ambicioso de semejante magnitud. 

El turno ahora es para ese personaje creativo y futurista como lo es Jeff Bezos quien podría ser uno de los competidores serios de la economía del espacio. Todo comienza con la venta de acciones de su emporio Amazon en 2017 por valor de mil millones de dólares cada año, destinado a financiar su aventura espacial llamada Blue Origin. Bezos puede darse ese lujo gracias al crecimiento del gigante del comercio electrónico que crece y crece gracias a nuestras compras. El cohete y cápsula en forma de botella se llamó New Shepard en homenaje a Alan Shepard, el primer norteamericano que llegó al espacio. 

‘’ Quiero también agradecer a todos los empleados y clientes de Amazon porque ustedes pagaron por todo esto’’, una frase que fue objeto de críticas pues hay quienes afirman que Bezos utiliza su fortuna como diversión para los ricos. Aunque Blue Origin se niega a divulgar lo que han pagado los presentes y futuros pasajeros, ‘’ nos aproximamos a 100 millones de dólares en ventas y la demanda es muy muy alta’’. Cierto o no, son unos cuantos los que están en capacidad de pagar por un viaje espacial mientras los demás seguiremos aquí anclados en nuestro suelo terrenal. 

Pero el niño genio que se les adelantó en esta nueva batalla por el espacio y de lejos es Elon Musk creador de Space X, la única compañía que ha logrado llevar 10 astronautas y material a la Estación Espacial Internacional con su cohete reutilizable Falcon 9. Musk no parece molestarle que su nombre suene poco pues su visión es más estratégica trabajando de la mano con la NASA y siendo el principal contratista de esa agencia en proyectos de largo plazo como llegar a Marte y crear una colonia de terrestres. 

Aparte de la publicidad gratuita que los medios desplegaron, es justo darles crédito a estos magnates por los esfuerzos en la búsqueda de vida y posibilidades de establecer colonias por fuera de nuestro planeta. Si algo distingue a estos personajes es la visión que va acompañada de innovaciones y creatividad a través de los equipos humanos que se conforman. Pero igualmente no deben olvidar que esta tierra pide a gritos ayuda en la solución de los problemas ambientales que ellos y nosotros hemos creado. 

Los astronautas describen la experiencia de llegar al espacio bajo el nombre de ‘’efecto pantallazo’’ (overview effect) un estado especial de conciencia alterada luego de ver ese punto azul contrastado con la oscuridad del universo. Ese privilegio está reservado solamente para aquellos con una chequera galáctica. A las masas de terrícolas eso no es más que una quimera, al menos por el momento. Sin embargo, ese efecto nos debiera poner en contexto de lo pequeños que somos y congraciarnos cada vez que el hombre emprende nuevos horizontes. Conquistar el más allá ha sido una aspiración de siglos.