Por Elizabeth Mora-Mass
¡Qué tensión tan fuerte! la que vivimos en estos días, en especial, quienes tenemos vínculos sentimentales con Colombia, Venezuela, México y Estados Unidos.
“Nosotros no aceptamos que ningún país atropelle nuestra soberanía”, respondió la presidente de México Claudia Shinbaum, ante las afirmaciones de Donald Trump al ser preguntado si atacaría México en su Guerra contra las Drogas. “Está bien para mí” (atacar a México), comentó el mandatario estadounidense defendiendo el derecho de su administración para atacar las lanchas en el Caribe y el Pacifico, alegando que “por cada bote que destruimos salvamos 25.000 vidas estadounidenses, para no mencionar la destrucción de las familias”.
Los analistas comentan a voz en coro que esta nueva fase de la Guerra contra las Drogas, esconde varios propósitos: cambiar el régimen venezolano, acosar al actual gobierno de Colombia, mostrar que los cárteles de la droga no son invencibles y, tener una excusa muy fuerte “como una guerra abierta”, para usarla en caso de necesidad, con el objetivo de ganar de nuevo el afecto del pueblo estadounidense, algo que ya han hecho otros presidentes en el pasado como George W. Bush con la Guerra del Golfo
Sin duda, el presidente Donald Trump quiere sacar a Nicolás Maduro del poder, por considerarlo un presidente ilegítimo–se robó las elecciones– ha convertido la otrora vibrante economía venezolana en miseria, enviando ocho millones de sus nacionales como desplazados al planeta entero y convirtiendo la cúpula en el poder en un enorme aparato para distribuir drogas, en especial a Estados Unidos y a Europa, de acuerdo con informes de inteligencia que datan desde hace por lo menos cinco años.
En cuanto a Colombia, Estados Unidos considera a la administración Petro como “un gobierno hostil”, con las implicaciones políticas y económicas que eso significa.
De hecho, Trump ha venido repitiendo que su gobierno ha considerado “destruir los cultivos y las factorías de cocaína en Colombia”, país en el cual se han asentado algunos de los super cárteles más poderosos y temibles de la Tierra, según afirman desde hace años los expertos en narcóticos.
Y en voz baja algunos analistas admiten que esa sería una importante parte de la nueva estrategia con fines políticos, ya que sería una distracción de los documentos de Jeffrey Epstein y su devastador efecto en importantes figuras políticas del mundo, incluyendo al mismo Trump, a varios expresidentes demócratas, poderosos banqueros, y a miembros muy destacados de la jurisprudencia global.
Por lo pronto Trump ha dicho que va a acudir al Congreso con el fin de conseguir el visto bueno para más confrontaciones abiertas y, esta vez, con miles de efectivos estadounidenses participando de los ataques tanto en Colombia como en Venezuela, aunque Maduro ya está dialogando con la Casa Blanca, según informaciones oficiales.
La guerra abierta contra los cárteles mexicanos en territorio azteca la ven menos probable por los daños que podría causarle a la economía gringa.


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