23 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Tono continuo: “Pulga”  y  “Tingo”

 

Por Carlos Mauricio Jaramillo Galvis (foto)

Llueve sobre la ciudad…

Y pienso en los parques

deshabitados de risas y juegos,

y en las piedras mojadas,

y en la plaza,

con las sillas recogidas,

y las mesas

rezumando agua fría de lluvia

de principios de noviembre

Llueve sobre la ciudad.

Elena Díaz Santana

Y de principios de noviembre es el estereotipo de la ciudad.  Y lloverán  las crónicas, narraciones y relatos para sustentar una tesis falaz que hace de Medellín como la única cuna de mafiosos y paracos,  por el simple hecho de detonar pólvora el primer día del mes de diciembre de aquellos años y de estos también.

Recuerdo que la calle era inclinada y su número de identificación sigue siendo el 72,  a la cual la cruzan las carreras cuarenta y tanto por oriente y occidente.  Estamos en el barrio Manrique de la década del 60.  Pocos autos y pocas motocicletas, pues la primera que conocí fue una de marca Lambretta italiana que conducía un tío medio orate y la cual le servía para pasear sobrinos, una que otra novia manriqueña y de cuando en cuando se acordaba para que la había comprado y se iba en ella a su lugar de trabajo.

El barrio de esa década era de una belleza extraordinaria y aún alberga entre sus faldas y calles largas, un sitio privilegiado para un hijo adoptado de profesión tanguero, y ahí parado en una esquina, en medio de placas recordatorias,  sigue impávido con una mano entre el bolsillo y con la otra saludando a su fanaticada. (Lea la columna).