19 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Tienda puentes presidente Iván Duque

Claudia Posada

Por Claudia Posada

Indiscutiblemente para Estados Unidos, el mundo, y para Colombia, la elección de Joe Biden hará que, en muchos aspectos, los asuntos que por siempre dependen de las políticas del mandatario norteamericano, sea quien fuere, en nada se parecerán en adelante a los manejos, muy particulares por cierto, del actual presidente de aquel país, Donald Trump.  Biden, dedicado toda su vida a la política, concibe el ejercicio de la vida pública en función de las garantías ciudadanas. Trump en cambio, amigo de los lujos excesivos, excentricidades, retos deslumbrantes para alimentar sus egos, estrategias financieras “sin agüeros”, mucha televisión y derroche de vida social, buscó las mieles del poder político después de largos años figurando en otras esferas de brillo falaz.

No es insólito pensar que Trump deseó ser presidente de los Estados Unidos, en un arrebato más de los tantos que lo sacudieron en su insaciable afán de perpetuarse mucho más allá de su país, ya que para él, posiblemente, Fred Trump (Frederick Christ Trump) su padre, empresario inmobiliario y filántropo, “apenas” sí tuvo alto reconocimiento en Estados Unidos. Y aunque el señor Trump siempre apoyó a su caprichoso hijo, no compartió muchas de sus extravagantes decisiones. Así y todo, siendo un personaje insolente, Trump tiene sus incondicionales quienes sin duda le encuentran las cualidades que precisamente los llevaron a votar nuevamente por él, o por primera vez (después de conocerle mejor sus posiciones en el actual mandato) así como también en Colombia goza de admiradores que no ocultaron tal preferencia con respecto al contrincante Biden.

El ahora Presidente electo de los Estados Unidos, el demócrata Joe Biden, ha hecho de su vida pública un ejemplar modelo de trabajo coherente con la ideología que representa. Siendo electo Senador la primera vez, sufrió un triste golpe debido al accidente de tránsito que le arrebató a su esposa e hija pequeña. Después de algunos años volvió a casarse y ésta sigue siendo su esposa, lo que indica que su catolicismo va más allá de un simple rótulo. Sus posturas lo muestran como un hombre sensible socialmente, además muy convencido de la defensa por el medio ambiente; respetuoso de las diferencias y alejado totalmente de las discriminaciones raciales, haber escogido para su fórmula vicepresidencial a Kamala Harris da buena cuenta de ello.

Terminó pues en Estados Unidos un proceso electoral semejante a otros vividos en Colombia durante los cuales la polarización y posturas radicales –también con mentiras, manipulación y juego sucio-  prevalecen sobre la sensatez y la mesura; el mismo Trump deja ver que, aunque este 7 de noviembre del 2020 ganó su contrincante, él no acepta con humildad que esta vez perdió. No nos alegramos, pero muy posiblemente se les vienen a los ciudadanos que votaron por Biden, toda la descarga pesada de un mal perdedor; fastidiosa, abrumadora batalla que desgasta a unos y otros, a los mismos y a los contrarios, la que ya padecimos en nuestro país y que como el Covid-19 presenta rebrotes desquiciantes.

Sí, nos alegra que para Colombia suene conveniente la elección de Joe Biden. Conocedor de las penurias que aquejan a los colombianos, amigo de los acuerdos de paz dado que ha visitado los territorios que por décadas han sido escenario de conflictos de toda naturaleza, y de espíritu conciliador como necesita el mundo de hoy. Creemos que al presidente Iván Duque –si lo dejan ser él- no tendrá inconveniente en hacer las mejores relaciones con el próximo mandatario de los Estados Unidos. Necesitamos puentes, no muros.