28 marzo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Sin formación política el pueblo elige ingenuamente

 

Por Claudia Posada (foto)

Se dice que es mejor una democracia imperfecta que cualquier tiranía, y así es. Ahí estamos como ejemplo Colombia y Venezuela. Países que hoy padecen, por distintas realidades, infamias que se originan desde escenarios socio-económicos y políticos totalmente diferentes, aunque tengamos puntos de coincidencia conexos a lo esencial.

Si bien la gran mayoría de venezolanos está todavía en su país a pesar del infierno en el que se convirtió una nación que fue opulenta, otros han decidido salir empujados por la pavorosa situación que les obligó dejar bienes tan preciados como la familia en primer lugar, así como sus haberes, empleos, patrimonio; mucho o poco que les permitía vivir dignamente antes de la llegada al poder de los dos últimos mandatarios de Venezuela.

Un alto porcentaje de aquellos emigrantes está entre nosotros, y no es que gocen precisamente aquí de alentadoras satisfacciones, pero por lo menos están en un entorno de mínimo bienestar gracias a los ingresos representados en pesos colombianos; porque en todo caso, son superiores a los que perciben sus coterráneos que permanecen en el vecino país. (Lea la columna).