29 marzo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

¿Seguirá siendo la Universidad el Camino para el Éxito? 

Rafael Bravo

Por Rafael Bravo 

‘’The pandemic only deepened the fears of students already struggling with self-confidence and skeptical about college’’ 

‘’La pandemia solamente profundizó los temores de los estudiantes que ya estaban luchando con la autoestima y escépticos con la universidad’’ 

Ganarse la vida sin pasar por una universidad es ahora más fácil siempre y cuando se tengan ciertas habilidades. Para citar un solo ejemplo: los ‘’influenciadores’’, una profesión de moda tanto en el ámbito económico como político era algo impensable hace algunos años. Son personas expertas en el funcionamiento de las redes sociales pudiendo generar tendencias que producen réditos importantes para negocios, candidatos y partidos políticos. ¿Acaso no fueron Donald Trump y más recientemente Gustavo Petro en Colombia beneficiarios de una estrategia montada por sus campañas para desacreditar a los adversarios? 

En el mundo digital han aparecido con gran éxito nuevos nombres como por ejemplo embajador de marca (brand ambassador), director de redes sociales, gerente de comunidades de clientes (community manager), gerente de contenidos, especialista en internet de las cosas, por citar algunos nombres. Las compañías necesitan conectarse con su público y crear comunidades de clientes sólidas si quieren sobrevivir. El mercadeo de las redes sociales es una carrera que ha venido tomando mucha fuerza y fue catalogado recientemente entre los 100 mejores trabajos en los Estados Unidos en la sección de CNNMoney. 

Lo que nos lleva a destacar la difícil situación en la que se encuentran las universidades en todo el mundo por la reducción en el número de estudiantes agudizada en la post pandemia. La situación varía de acuerdo con la valoración que se le da a la educación pública versus la privada. Los centros de educación superior compiten por tener los mejores estudiantes, pero el acceso a las privadas tiene un costo muy alto y terminan siendo un privilegio de la élite. 

La consecución de un empleo terminados los estudios es algo para muchos egresados una tarea nada fácil. Existe una sobreoferta de profesionales en las carreras tradicionales. Hay gran cantidad de universidades cuya calidad académica es muy pobre. Las empresas no encuentran aspirantes que cumplan con las destrezas, habilidades y conocimiento. El mundo avanza gracias a los nuevos desarrollos tecnológicos existiendo un divorcio entre los entes educativos y el sector productivo. 

La conversación que ha surgido últimamente es si se justifica ir a una universidad. Según una encuesta de la Reserva Federal, 4 de cada 10 graduados menores de 45 años considera que los costos de su educación exceden los beneficios. Los salarios pagados no compensan el esfuerzo. Además, la deuda con la que terminan hoy día los estudiantes se convierte en un factor de enorme preocupación para las familias y si se carece de un empleo el pago de los créditos es un dolor de cabeza. 

En los países de menor desarrollo los gobiernos se encuentran en una disyuntiva muy compleja: ofrecer matrícula gratuita a los más pobres, pero sin la educación acorde con las exigencias del mercado laboral. Si bien la educación es el camino para el desarrollo, los entes gubernamentales no van más allá del cubrimiento educativo y es muy poco lo que se hace para mejorar y actualizar los currículos. A lo anterior se agrega la reticencia de los sindicatos a una evaluación de sus conocimientos y cambio de modelo educativo. 

Hay mucho por hacer de modo que los centros educativos promuevan destrezas manuales, de apoyo a sectores como la construcción, el entretenimiento y los servicios. El emprendimiento no puede faltar si se quiere dar un paso hacia la evolución del modelo educativo. El número de nuevos negocios bajo esta modalidad va en ascenso a pesar de la falta de incentivos y seguimiento. Los Bill Gates, Steve Jobs y otros tantos íconos de los últimos tiempos sobrevivieron gracias a su capacidad de innovación y creatividad. Ambos abandonaron la universidad recién iniciados los estudios y nunca se graduaron. 

Contrario a lo que se piensa, los países están encontrando un faltante de profesionales idóneos que está afectando las economías y el progreso con un costo enorme para la sociedad.