19 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Se miden percepciones, no así la realidad

Claudia Posada

Por Claudia Posada 

Realidades en todo su sentido posiblemente no las hay. Por lo tanto, pensemos que toda esta locura de país, es lo que percibimos de sus ámbitos político, social, cultural, económico y demás, en los escenarios de la cruda “realidad” que cada colombiano concibe como verdad absoluta, sin serlo. La certeza de lo que sucede en alguna esquina, la narran dos testigos, tal vez con el convencimiento de que la suya es la pura verdad pues es lo que vio, aunque finalmente resulta que todo depende del ángulo y “color” con el que se mire. Asumamos que el “color” con en el que percibimos algo concreto, por ejemplo, como lo expresado por la alcaldesa de Bogotá Claudia López sobre delitos cometidos por algunos venezolanos en nuestro territorio, se ve como discriminación o xenofobia, mientras por su parte las reacciones que la critican rechazando de plano su comentario, ella las considera hipócritas.  

¿“Todo depende del color con el que se mire”? Si, otro ejemplo reciente es cómo ve el Ministro de Defensa, Diego Molano – para quien se pide moción de censura en el Congreso por el caso tan debatido del bombardeo en Guaviare- las tareas militares en donde al parecer había niños que podrían estar allí reclutados sin su voluntad. Al señalar que los menores de edad en el campamento de Gentil Duarte en aquel momento, eran “máquinas de guerra”, este comentario sonó para algunos de la mayor gravedad, pues perciben que el procedimiento no estimó su posible presencia.  Por tales acciones y los consecuentes apoyos y rechazos, no hay para nosotros, como simples ciudadanos, certeza alguna del beneficio o daño que se hizo, y menos de quién salió y por qué hubo la orden de ataque. Es así que, por ejemplo, para el congresista conservador, el antioqueño Juan Diego Gómez, al Mindefensa hay que rodearlo lo mismo que a la fuerza pública, para que sigan dando resultados.   

Lo mismo sucede con el resto de ministerios. Los planes, programas y sobre todo las decisiones de quienes están al frente de cada una de las dependencias gubernamentales, así como en general sobre determinaciones que se asumen en el marco de un Estado de Derecho, levantan diversas opiniones pues el “color” con las que se observan nunca será absolutamente objetivo, obedecen a emociones, tendencias, formación, experiencias e ideologías, con todas las cargas subjetivas que las acompañan. Y volvemos al pensamiento del común de los mortales ¿Qué creer de un país convulsionado por la ilegalidad evidente en redes de narcotráfico, delincuencia, criminalidad, y corrupción repugnante? 

Derrumbados por la incertidumbre y la desconfianza, percibimos que, el alcance de las oportunidades para los colombianos, concebidas en ministerios de más reciente creación, como el de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) o el de Ciencia, Tecnología e Innovación (CTI) en donde cuenta la investigación, se quedaron en ventajas para unos cuantos. Esta desalentadora percepción, alimentada por la poca divulgación de su quehacer y la escasa trascendencia que dan a sus postulados y oferta de servicios, quienes desde sus posiciones y en los ámbitos regionales y locales deberían gestionar ante ellos muchísimo más,  nos impiden observar su potencial (está escrito pero no sabemos si se ejecuta), y en cambio sí, nos hacen pensar en que de ello se aprovechan los mismos con las mismas pues no vemos en qué, hacia dónde y cómo, invierten su presupuesto, que no es poco. 

En la Visión del Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones se lee que para el año 2022 (estamos en el 2021) “Colombia será una sociedad digital que se destaca en Latinoamérica y en el mundo en la que todos los ciudadanos, de las zonas urbanas y rurales, están conectados con calidad, seguridad y sostenibilidad; adoptan las TIC y se benefician de los servicios digitales para mejorar su bienestar y aumentar la productividad, innovación y competitividad del país”. ¡Cómo les parece! ¿Realidad, percepción o fantasía? 

La ANDI y la Asociación Colombiana de Minería (ACM), organizaron el foro ¿Un país sin minería? En su instalación, el ministro de Minas y Energía, Diego Mesa, hizo notar las conveniencias de este sector al recalcar: “Nosotros vemos que la minería es una oportunidad dorada para la reactivación sostenible, para la generación de empleo, para acelerar y repotenciar la economía y que además es un complemento que cada vez vemos mucho más integrado con la transición energética’; a la vez, aseguró cómo  el sector energético y la movilidad sostenible seguirán necesitando de la minería para su desarrollo, dice, se prevé una nueva creación de vehículos verdes los que usarán oro para mejorar la durabilidad de las resistencias y la conducción eléctrica. Hoy por hoy, son muchos los elementos tecnológicos que incluyen el oro en su construcción. 

Lo anterior nos da pie para recordar que percibimos la extracción de minerales como un grave pecado contra la naturaleza; y de cierta manera lo es cuando se explora y explota sin técnica, maltratando los sistemas ecológicos, haciendo daño a las aguas; en fin, siempre que se proceda sin los controles debidos para una actividad responsable con el medio ambiente.  Al observar países en los cuales la minería es fuente de riqueza y desarrollo, nos encontramos con que es verdad lo que significa ese renglón tan importante en sus economías. ¿Es una realidad absoluta los perjuicios que se dicen al atacarla?  Comunidades cuyo oficio ancestral minero lo perciben como “la bendición de esta tierra” ven su trabajo con el “color” de su tradición y costumbres. En cambio, para las gentes de zonas cuya vocación es eminentemente agrícola, perciben con malos ojos todo intento de abrirle las entrañas a su terruño para prácticas distintas a las arraigadas.  

Se aproximan las campañas políticas y empezaron a circular las encuestas que averiguan los niveles de percepción de precandidatos y posibles aspirantes a cargos de elección popular. De ahí que sus estrategas ya estén diseñando estrategias para que a sus clientes los percibamos de esta o aquella manera, así que no los veremos cómo son en realidad.