19 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Se le creció el enano

Por Rodrigo Pareja

Mas se demoró ese insaciable de poder que es Alvaro Uribe en dar una orden, que en ser desobedecido por quien ahora parece estar dispuesto a salirse de la manada y establecer rancho propio.

Lo anterior quedó configurado con la inmediata desautorización pública del presidente Iván Duque a la insólita pretensión de su jefe y mentor, en el sentido de disponer la intervención gubernamental en las Empresas Públicas de Medellín.

La postura diametralmente opuesta del presidente Iván Duque al deseo del ex mandatario, vocero esta vez de conocidos intereses particulares y políticos de cuyas manos salió el manejo de EPM, hizo recordar el grito de independencia de Juan Manuel Santos, que marcó el enfrentamiento definitivo con quien lo llevara a la presidencia de la república.

Guardadas proporciones y similitud en las dos posturas contrarias que asumieron el anterior y el actual primer mandatario ante los deseos de su mentor, muchos observadores desprevenidos y analistas más minuciosos coincidieron en advertir que a Uribe también esta vez «se le creció el enano».

Planteada por Uribe la fallida intervención estatal en EPM, se esperaba obviamente la reacción del presidente Duque en un lapso de tiempo más prudencial, que le permitiera analizar con más detenimiento los pro y contras de semejante decisión.

Pero la prontitud para salir al ruedo a capotear semejante cornúpeta proveniente de tan destacado corral, causó tanta o más sorpresa que el contenido mismo de la réplica, mostrándose de hecho como el liliputiense político venido a más de un momento a otro.

Con su sacudimiento de ese yugo impuesto, unas veces visible y en otras más sutil, el presidente Duque mostró también que es hombre de palabra y cumple a raja tabla sus compromisos, más aún cuando en ellos va comprometida la majestad el Estado.

Ni a Uribe ni a la nación toda puede olvidársele que Duque y el alcalde de Medellín, Daniel Quintero hicieron un trato: El alcalde con EPM le ayudaba a salir de ese problemón que significaba sustituir a Electricaribe y asumir el servicio de energía en buena parte de la Costa, y Duque le financiaba el Metro de la 80, ambos negocios ahora en marcha y debidamente consolidados.

Asuntos macros que son mucho más importantes que seguir los caprichos y berrinches del delfincito Alfredo Ramos Maya y sus seguidores, derrotados abrumadoramente en las urnas en el 2018.