29 marzo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Santos quería llevar a Duque, de cola en el tren de la paz…

@JuanManSantos @IvanDuque 

Un sutil cruce de frases entre el expresidente Santos y el presidente Iván Duque, luego de un protocolario y normal apretón de manos, fue interpretado por la generalidad de los medios, y parte de la opinión, como una nueva etapa de la relación entre ambos dirigentes políticos.  

Y luego, una frase del expresidente Santos fue entendida y comunicada como un acto de generosidad de este con el presidente Duque, por los pasos de este gobierno en los acuerdos de paz.  

Santos dijo: «Tengo que reconocer que el presidente Duque se montó en el tren de la paz, como lo hemos visto con mucha satisfacción últimamente”, como si él fuera el maquinista y llevara de cola al mandatario Iván Duque. 

Sin embargo, la jugada de Santos era darle a entender a la opinión pública que él es el maquinista del tren de la paz, y que Duque se subió por el vagón de la cola… 

Incluso, Santos había asegurado el martes en la Universidad Externado: “Estamos viendo cómo personas que estaban en contra del acuerdo hoy están a favor del acuerdo. Estamos viviendo con mucha satisfacción cómo el propio Gobierno del presidente Iván Duque, el presidente Iván Duque mismo ahora se está convirtiendo en un gran promotor de la implementación de los acuerdos de paz y lo está diciendo por el mundo entero, eso a mí me produce una intensa satisfacción».

Pero la respuesta del presidente Duque no se hizo esperar. Fue contundente y directo: 

“La paz, como lo he dicho tantas veces, no tiene dueño; el tren de la paz no le pertenece sino al pueblo colombiano, establecido en la Constitución, en ese bello artículo 22 y, por eso, me siento también en el deber de hacer referencia a que en la construcción de la paz también tenemos que enviar mensajes claros a quienes quieren, desde la violencia, seguir arrebatándole la tranquilidad a Colombia”, señaló el mandatario. 

Dijo que la mayor conquista que ha tenido el país con este proceso de paz, es la posibilidad de “escudriñar y cuestionar ese maligno relativismo moral” con el que se justificaron muchas de las violencias que afectaron a la población durante muchos años.