20 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

S.O.S. de las universidades privadas

@Mineducación @IvanDuque

Las universidades privadas del país están llamando la atención del Gobierno Nacional por el impacto negativo que ha tenido la emergencia COVID 19 en todo el sector educativo.

Y no es para menos. Primero deben seguir asumiendo los costos naturales de la modalidad presencial y adicionalmente dar todo el soporte para continuar con la programación académica mediada por las TICs.

Para esto último han tenido que ampliar sus capacidades tecnológicas, contratar personal especializado y adquirir equipos.

Las universidades privadas responden por más del 50% de los puestos de estudio de la educación superior, que hoy no solo se enfrentan a un sobrecosto de operación, sino que también corren el grave riesgo de desaparecer, ante la inminencia de una gran deserción de los estudiantes actuales, aparte de una reducción de estudiantes nuevos para el próximo semestre.

Hasta el momento El Gobierno Nacional, con la indolencia manifiesta de la Ministra de Educación, María Victoria Angulo no ha dado ninguna respuesta a las universidades que se vienen manifestando desde que empezó la cuarentena, en una carta remitida por ASCUN, Asociación de Universidades de Colombia, el G10 y el G8, y a nivel individual los mismos rectores que han expresado, por diferentes medios, su clamor general por su difícil situación económica. (Lean la carta).

Es de recordar que las universidades privadas en Colombia deben ser entidades sin ánimo de lucro y si son reconocidas como ESAL en el régimen tributario, tienen que reinvertir sus excedentes en la misma entidad.

Los resultados económicos de las universidades son precarios y aunque algunas han consolidado un patrimonio después de muchos años, este está  representado en sus campus o en sus edificios, o en equipos de laboratorio.

Las universidades privadas no reciben recursos de ninguna otra fuente y menos del gobierno, como en otros países, a pesar de desarrollar una función social, que en principio le corresponde al estado y que delega en gran medida en estas su responsabilidad.

En diferentes estudios de esta crisis se ha señalado que 8 de cada 10 familias han resultado afectadas en su situación económica, impacto que se refleja en un riesgo de comprometer la permanencia y el acceso a la educación para miles de niños y jóvenes.

Una sociedad no puede correr el riesgo, no solo de no tener educación universitaria privada de calidad, sino que más allá de la formación, la transmisión del saber está la investigación y producción de nuevo conocimiento, y ante todo la generación de pensamiento, como su principal razón de ser.

Las universidades privadas piden que se les conceda un mayor plazo para atender sus obligaciones actuales, así mismo que se habiliten líneas de crédito por FINDETER en condiciones favorables, no más caras del IPC, lo cual no se ha visto hasta ahora; para financiamiento de capital de trabajo, para mantener la nómina de sus empleados, la compra de plataformas tecnológicas, acceso a internet y adquisición de equipos.

Además de las adecuaciones y la provisión de  elementos de protección y prevención, según los protocolos de bioseguridad.

También pidieron las universidades mayor flexibilidad y agilidad en El ICETEX en los créditos nuevos y en la refinanciación de la cartera actual de los estudiantes.

Se solicita desde las instituciones de educación superior al Ministerio de Educación, que haya celeridad y flexibilidad en los procesos de aprobación de registros calificados en modalidad presencial, virtual y bimodal. Además que estos trámites no tengan ningún costo.

El Reverbero de Juan Paz consultó a un experto en educación, quien manifestó que es tiempo para que el Gobierno del Presidente Duque, pase de los amplios anuncios, al seguimiento y verificación de apoyos efectivos a los diferentes sectores, con equidad e inclusión, como en este caso de la educación.

Pero debe ser ya Señor Presidente, antes que sea demasiado tarde.