28 marzo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Retorteros

Por Carlos Alberto Ospina M. (foto)

La sensatez no parece hacer parte de la estructura mental de ciertos arrebatados políticos. El afán de lograr exposición mediática, la obsesión por el poder, el proselitismo vociferante, el instinto destructor, la intención calculada de menoscabar la imagen positiva de algún destacado contrincante y la egolatría, trae a dar vueltas de un lado a otro, a más de uno, de rebozo y ajeno a la verdad.

Decir lo contrario de lo que se sabe marca el punto de partida de la perversidad y la mala fe. Muchos intentan engañar a las audiencias dirigiendo el foco de atención a los puntos detonantes de la indignación desinformada y la hipócrita rabia de los incontaminados que alimentan el disgusto y la fisura social. La malicia y el resentimiento no buscan el equilibrio ni la sinceridad. Más bien se enlazan a las interpretaciones apresuradas por fuera de la evidencia científica, la administración de justicia, la prueba jurídica y el debido proceso. Conjeturar es más fácil que probar e imaginar, abre la boca de la mentira y la especulación conceptual. (Lea la columna).