19 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Reflexiones desde Rectoría: Somos dueños de nuestro destino

@QuinteroCalle @AlcaldiadeMed

Por Libardo Alvarez

Medellín vuelve a marcar un hito en el desarrollo de los sistemas masivos de transporte del país, al lograr la cofinanciación por parte de la Nación de las obras del Metro de la 80 que tienen un costo a precios de hoy de $ 3,54 billones, de los cuales el Gobierno Nacional aportará $ 2,47 billones y la ciudad, los restantes 1,062 billones, comprometiendo vigencias futuras.

Desde la construcción del Metro, nuestra ciudad no se embarcaba en un proyecto de transporte público tan ambicioso, que impactará a 32 barrios, más de 114 mil viviendas y beneficiará a 976.235 personas, lo que corresponde a un 39 % de los habitantes de la capital antioqueña.

Serán 13,5 kilómetros más de progreso para la zona occidental, arrancando desde la Terminal de Transporte del Norte hasta la Estación Aguacatala, corroborando que cuando los antioqueños soñamos juntos, somos capaces de materializar hasta lo que parece imposible.

Esta obra generará miles de empleos que darán alivio a tantas personas que aún no pueden recuperarse de los desastres económicos dejados por la pandemia. El Presidente de la República con esta decisión, le cumple a esta región del país con una obra planeada desde varias administraciones anteriores y hecha realidad en la actual.

La academia, representada por instituciones de trayectoria y prestigio como el “POLI”, está presta a aportar sus mejores conocimientos para adelantar esta megaobra y vigilar que sus parámetros técnicos y económicos se cumplan a cabalidad. Tenemos que ser estrictos en los tiempos fijados para poner a funcionar esa nueva línea del Metro y no generar sobrecostos que desalienten lo que hoy nos llena de alegría.

Para llenar más nuestros corazones de orgullo, el Túnel del Toyo recibe un impulso definitivo, al confirmarse el aporte de la Nación por $1,4 billones para construir el tramo dos, o sea la vía que conectará a Santa Fe de Antioquia y el acceso a su portal de entrada. El Túnel iba abriéndose paso por entre la tierra, mientras que persistía la incertidumbre por la vía de ingreso desde la Ciudad Madre, que le corresponde al INVÍAS.

También se logró. Valió la pena la insistencia continua de nuestras autoridades departamentales para que no nos quedaran faltando cinco centavos para el peso, como suele ocurrir cada que nos aventuramos a darle movilidad a este departamento cercado por montañas. Si nuestros arrieros, a lomo de mula, pudieron conquistar la adversidad, en pleno siglo 21 era imposible que no fuéramos capaces de continuar con su legado, lleno de fortaleza, fe y trabajo.

A la majestuosidad de una obra que nos conectará en 4 horas con el mar de Antioquia, le faltaban 11 túneles, 13 puentes y 12,5 kilómetros de vías a cielo abierto. El sueño rápidamente se está convirtiendo en una realidad.

Ese sendero prehispánico conocido como El Camino del Virrey, será dentro de pocos años una vía moderna y rápida para llevarnos a una tierra de promisión como lo es el Urabá antioqueño. El “POLI” consciente de la importancia geoestratégica de esa zona agroindustrial, se asentó allí desde hace varios años para ofrecer a sus gentes programas académicos, pertinentes y de calidad, que sirvan como preparación para el inminente cambio que llegará en todos los órdenes a este territorio.

Pero aquí no deben parar nuestras ilusiones. Nos hemos demostrado una y mil veces de qué material estamos hechos los antioqueños. Quedan para presentes y futuras generaciones, retos inmensos para que cada día estemos a tono con las obligaciones que nos impone el mundo moderno. Sir Wiston Churchill decía que “somos dueños de nuestro destino y somos capitanes de nuestra alma”.