28 marzo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Reflexiones desde Rectoría: La nueva realidad y la inteligencia para adaptarse a los cambios

@PolitecnicoJIC 

Por Libardo Alvarez Lopera 

En tiempos de profundos altibajos, donde un día amanecemos optimistas y el otro estamos sumergidos en una profunda depresión, es necesario asumir una nueva realidad que implique cambios fundamentales en nuestra manera cotidiana de vivir, en nuestras relaciones interpersonales y en nuestros proyectos a corto, mediano y largo plazo. 

La amenaza latente de la pandemia, con sus devastadoras secuelas, no ha desaparecido. Ahí está gravitando sobre todos nosotros. Cada vez es más frecuente saber de personas cercanas o conocidas, que pierden su lucha contra el Covid-19 o que están sometidas a tratamientos y cuarentenas a las espera de superar la enfermedad. 

La dicotomía entre la vida y la economía, solo la resolveremos con un autocuidado estricto y responsable. No hay otra forma de combinar con éxito la vida y la estabilidad económica de la sociedad. Colombia es el país del mundo que ha tenido la cuarentena más larga y las consecuencias se vendrán en cascada por varios años. 

No se trata de que nos volquemos a las calles a tratar de hacer lo que no pudimos en casi seis meses. Si nos desbordamos, muy pronto tendremos que volver al confinamiento obligatorio, porque nuestro sistema de salud no podrá atender la demanda. A la gravedad del estado de las cosas, se sumarían nuevos ingredientes para colapsar la economía de por sí, ya maltrecha. 

El sistema educativo del país en todos sus los niveles, ha sido inmensamente responsable con su papel en estos momentos de crisis. Sobre la marcha nos hemos tenido que reinventar para mantener a docentes y estudiantes en sus casas, pero a la vez para responder a la dinámica de formación prevista para este año, tratando de que el perjuicio sea el menor posible. 

En el ”POLI”, por ejemplo, ya reiniciamos el semestre académico 2020-2, con la alentadora noticia de que la deserción fue mínima y que las matrículas no tuvieron una baja significativa como se preveía. Logramos darle un final satisfactorio al semestre 2020-1 y miramos con fe y optimismo los logros en el inicio de este nuevo ciclo. 

Miles de personas se aprestan a volver a sus trabajos, con la esperanza de recuperar poco a poco todo lo que perdieron. Los colombianos somos resilientes por naturaleza, no nos dejamos apabullar por las adversidades, y sacamos fortaleza de tragedias que otras naciones no podrían soportar. Estamos hechos de metal resistente, duro y fino. 

Se impone la disciplina, la cultura ciudadana, la solidaridad y el cumplimiento estricto de las normas, para que esta nueva realidad perdure. Mientras los científicos, los hombres y mujeres de academia y los grandes laboratorios, consiguen la respuesta para vencer definitivamente esta pandemia que trató de arrodillarnos, deberemos asumir con responsabilidad nuestras acciones. Si nos equivocamos, a lo mejor serán los últimos errores que cometeremos en vida. 

Quienes no optaron por minimizar la gravedad de la situación, son los que mejores argumentos tienen hoy en día para afrontar la realidad. Los que ignoraron esta emergencia mundial, sufren con todo el rigor las consecuencias ineludibles de su egocentrismo. Esos aires de superioridad que respiran algunos seres humanos, a la postre se convierten en su principal azote. 

Estamos entrando a una prueba de fuego, en la que demostraremos si en medio de una sociedad que se apresta a entrar en la quinta revolución industrial, la inteligencia del ser humano para lograr su supervivencia es la que prevalece. El gran científico británico, Stephen Hawking decía: “Inteligencia es la habilidad de adaptarse a los cambios.” 

Libardo Álvarez Lopera
Rector