19 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Reflexiones desde el Norte

Rafael Bravo

Por Rafael Bravo 

Shock Energético–https://rafaelibravo.blogspot.com/ 

“´The share of oil output from OPEC plus Russia may rise from 46% today to 50% or more by 2030. Russia is the source of 41% of Europe’s gas imports” 

“La cuota de producción de petróleo de la OPEP más Rusia puede subir de un 46% hoy, a un 50% o más en 2030. Rusia es fuente del 41% de las importaciones de gas de Europa” Revista The Economist 

En varias regiones del planeta se está presentando lo que acertadamente se ha llamado un shock energético por el alza del 95 por ciento en menos de 6 meses de la canasta de productos que la compone: petróleo, carbón y gas. Explicar su causa es fundamental para entender el presente y futuro de la reactivación que va de la mano de estas fuentes de energía. La idea de una escasez era algo impensable cuando en plena pandemia la demanda global cayó un 5 por ciento obligando al sector a buscar recortes en su estructura de costos. 

El primer protagonista del alza del petróleo es la Organización de Países Productores-OPEC que controla la oferta luego de un período de bajos precios durante la pandemia. El carbón ha sido el coco de los ambientalistas por sus efectos en el cambio climático y varios gobiernos con China a la cabeza, decidieron alejarse de este combustible como aporte a la energía limpia. Vladimir Putin, cual poderoso zar, le recuerda a toda Europa que el suministro de gas depende de su voluntad. Vaya forma de extorsionar a millones que necesitan del gas para calentar sus hogares en el invierno que se avecina. 

Lo que sigue es un recordatorio de que la modernidad necesita de abundante energía. Sin ella, no habría como acceder al internet, pagar deudas, los países del norte se quedarían sin calefacción y el sector productivo no podría operar sin un adecuado suministro de energía. Asimismo, estas alzas ponen en aprietos a quienes promueven alternativas limpias, pues el mundo apenas comienza a hacer una transición que requiere inversiones cuantiosas hacia la energía eólica, solar y de alguna forma el hidrógeno. 

Cita The Economist que a medida que las economías vuelven a prender motores, la demanda energética se disparó al tiempo que las reservas se encontraban en sus niveles más bajos en razón a la pandemia. Los inventarios de petróleo apenas llegan al 94 por ciento de sus niveles normales, los depósitos de gas a un 86 por ciento y el carbón en la India y China se sitúa por debajo del 50 por ciento. Sorprende la noticia que en Inglaterra el viento que mueve las turbinas no haya tenido la misma fuerza. En América del Sur las sequías han afectado a las hidroeléctricas y en Asia por el contrario, las fuertes lluvias han impedido un suministro oportuno de carbón. 

Luego de haber padecido los efectos de la pandemia, el mundo no resiste una recesión por causa de la energía. A regañadientes la OPEC se verá obligada a aumentar la oferta, Rusia a abrir las válvulas con mayor flujo de gas y desde ya China en cabeza del premier Li Keqiang reconoce que la transición hacia energías limpias debe ser ´´sólida y a buen paso´´. En otras palabras, habrá que volver al carbón por un tiempo. La crisis sugiere que el movimiento hacia la menor dependencia de combustibles fósiles será más lenta y compleja de lo que se esperaba. 

Entretanto, los efectos ya se sienten reflejados en mayores precios de la gasolina a nivel mundial lo que desencadenará en una inflación más alta. En Estados Unidos el galón supera los 3 dólares y el índice de precios sigue hacia arriba afectando el margen de maniobra del presidente Biden, con miras a la aprobación del paquete por valor de 3.5 billones de dólares en el que se incluyen programas para combatir el calentamiento global. 

El oleoducto desde Canadá al que se oponían los defensores del cambio climático logró abrirse paso pese al esfuerzo de aquellos por evitar su aprobación. La ´´greenflation´´ o inflación generada por el cambio a fuentes de energía bajas en carbón es para algunos, responsable por mayores precios en el largo plazo. 

La pregunta entonces es ¿qué hacer en el corto y mediano plazo? Para los expertos, es urgente que los gobiernos rediseñen su política energética. Ello significa mayores reservas e inversiones en gas natural licuado cuya demanda pasaría de un 2 por ciento a un 14 por ciento en 2030. Ampliar el número de plantas nucleares y un desarrollo de energía a base de hidrógeno. Una apuesta nada fácil por los recursos que ello demanda. 

La cumbre sobre cambio climático que se llevará a cabo a finales de mes en Glasgow, Escocia enfrenta un escenario totalmente distinto a las propuestas por la crisis energética que vive el planeta. Las buenas intenciones chocan con la realidad, siendo prioritaria la reactivación de la economía.(Cuadro reflexiones).