23 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Redes Sociales: usarlas para promover mejores aprendizajes frente a los daños que causan a niños y jóvenes

Por Enrique E. Batista J., Ph. D.

https://paideianueva.blogspot.com/

El Sistema de Educación Pública de Seattle ha demandado, en enero de 2023,  a las redes Meta (Facebook), Google, Tik Tok y Snapchat por crear una  crisis de salud mental entre los jóvenes con sus plataformas construidas para:  explotar  con éxito, para sus dueños, los cerebros vulnerable de los más jóvenes, la psicología humana y  para ser adictivas, con las consecuencias de que con los problemas de salud mental se atrofia el desarrollo general y el desempeño escolar  de los estudiantes, dañando de manera severa la misión educativa de las escuelas. Según la Asociación Americana de Psicología, la tasa de jóvenes de 12 a 17 años que han tenido crisis de depresión se aumentó en más de la mitad entre 2005 a 2017; cifras que se incrementaron con la pandemia del Coronavirus. De otra parte, Meta fue multada en 2022 con US $ 403 millones, en Irlanda,  por omisión en  la protección de la privacidad de los niños. (https://rb.gy/kkumbb).

Han sido varias las familias  en los Estados Unidos que han demandado   a Meta (dueña, a la vez, de Instagram)  con variados argumentos; por ejemplo,  la compañía de modo deliberado ha elaborado sus algoritmos, invirtiendo millones de dólares, para enviciar a los jóvenes; otra demanda ha sido   por el suicidio de una hija de 11 años; y más, entre las demandas, por   el diseño intencional de las plataformas para ser adictivas  con lo cual se llevó a una hija de 19 años a drogadicción, ataques de ansiedad, autopunición, depresión, ideación suicida, baja autoestima, insatisfacción personal, infelicidad y  desórdenes en la alimentación.  Por una ley de 2023, en el Estado de California, se le concederán poderes a los padres de familia de hijos menores de 18 años para demandar por cada violación que compruebe adicción a las redes sociales mencionadas. Los dueños de las plataformas tendrían hasta el 1º de abril para ajustar sus algoritmos y eliminar el estímulo a la adicción.  (https://rb.gy/frjsvn). Esta situación se agrava por la ausencia de suficiente personal de la salud física y mental en las escuelas.

Siempre se ha dicho que las tecnologías no sustituirán al maestro. Pero, es un hecho que distintos desarrollos tecnológicos le han quitado (y en ocasiones despojado) de algunos de sus papeles y poderes tradicionales; por ejemplo, dictar información para ser copiada y luego examinada. Todavía se usa la expresión “dictar clase”. En variedad de rutinas improductivas, los maestros han gastado buena parte de sus esfuerzos para ser efectivos en la enseñanza. Si bien, ellos no serán sustituidos por una máquina o por un chatbot. El psicólogo y educador B. F. Skinner, creador de un prototipo de máquina de enseñar en los años 50 del siglo pasado, la cual fue desarrollada para apoyar a los maestros y no para sustituirlos, bien señaló que aquel maestro que pueda ser sustituido por una máquina, se lo merecerá.

Sólo, y de por sí, la disponibilidad de herramientas tecnológicas no conducirá a que los maestros, sobrecargados y mal pagados en todo el mundo, puedan superar las inmensas restricciones que la normatividad burocrática vigente les imponen, que los fuerzan al empleo de rutinas improductivas y a estrategias de enseñanza que inducen a un aprendizaje pasivo y nada motivador.  

Las redes sociales nos hacen infelices. Se ha escrito bastante sobre el hecho de que ellas causan infelicidad y que, con aguda pasividad, estamos permitiendo que lo sigan haciendo. Esto se ha afirmado con reiteración, debido a los efectos que se causa con la intención perversa e inicua de crear, de modo intencional, adicción al usar algunas de ellas. Tampoco nos permiten ser más libres; con ellas se agrava la esclavitud digital. En lugar de facilitar una sana y afectiva comunicación entre las personas, contribuyen a la soledad y al aislamiento, en una forma de autismo digital.

Un estudio publicado en febrero de 2017 en el Journal of Epidemiology, los autores encontraron que: «el uso de Facebook se asoció con una menor satisfacción con la vida, mientras que tener amigos de la vida real e interactuar con ellos se asoció con una mayor satisfacción con la vida… a mejor salud mental»; sentirse cerca de los amigos en el mundo real, e interactuar con ellos, se correlacionó con una mejor salud mental. (https://rb.gy/duieho). Se precisa recordar que los niños y jóvenes deben reconocer que la búsqueda de la felicidad y vivir una vida digna son dos metas fundamentales de los humanos como seres sociales. La felicidad es contagiosa, pero la infelicidad se transmite de modo acelerado cual plaga indeseada y enfermante virus, (https://rb.gy/ajvzkc y https://rb.gy/trhjlj).

El empleo educativo de las redes sociales de amplio uso requiere, en primer lugar, que niños y jóvenes conozcan las plataformas y las condiciones onerosas que imponen a quienes se suscriben a ellas. Conviene estudiarlas en las escuelas, en trabajo grupal y para sacar conclusiones tanto individuales como colectivas. Esto deberá ser una condición para el uso consciente de las plataformas, para ser un ciudadano digital y para entender que no son gratuitas, sino que los empresarios dueños de las mismas, ávidos de ganancias, las obtienen con el comercio de nuestros datos personales.

Todos tienen que aprender a cuidar su información personal y tener sumo cuidado en la circulación de fotos, direcciones, documentos y similares. El proceso formativo para su sano uso  estará guiado a entender la valía de la información personal y de la propia identidad digital, a la  solidificación, creación y enriquecimiento de relaciones personales que favorezcan la salud mental de todos y aprender sobre el uso responsable y el debido comportamiento en ambientes virtuales, reconocer riesgos y peligros como lo es  la afectación de la salud física y mental, y con ello conocer y entender la clase y naturaleza de los ciberdelitos, entre estos el acoso sexual a menores. En el proceso es muy importante que alcancen la comprensión de la naturaleza de Internet, Internet profundo y desarrollos como los metaversos y los chatbots.

Conviene diferenciar las redes sociales que construyen las personas (estudiantes, maestros, investigadores y otros) para establecer vínculos especiales alrededor de ciertos asuntos particulares de interés común, de aquellas redes de acceso masivo radicadas en poderosas plataformas guiadas como empresas comerciales que acceden y venden nuestros datos personales.
Existen opciones para incorporar otra clase de redes sociales a procesos formativos sanos en asocio con otras herramientas tecnológicas disponibles, opciones que abundan en la web.

Las siguientes han sido clasificadas como las redes sociales educativas  distintas a las de las plataformas  de los gigantes tecnológicos: Brainly, Cibercorresponsales, Clipit, Comunidad Todoele,  Docsity,  Edmodo, Eduskopia,  Internet en el aula, Interuniversidaes, Leoteca, Otra EducaciónRedAlumnos y Schoology. Ofrecen  esta redes  oportunidades para compartir experiencias y logros, analizar opciones de carreras, explorar y poner a prueba habilidades con tests vocacionales,  trabajar en proyectos, usar el modelo del aula invertida (aprendizaje invertido, o flipped learning), socialización mediante el intercambio de información en cada una de las ciencias y disciplinas,  crear grupos cerrados y compartir información y proyectos, debatir en línea, compartir herramientas educativas bajo el modelo de escuela virtual segura, impartir clases  presenciales, en línea o con la modalidad híbrida, crear y conducir foros, debates, elaborar cuestionarios para la evaluación, y mucho más. (https://rb.gy/akgpie).

Los maestros pueden compartir recursos, experiencia y establecer sus propios sitios web y redes personales. El estudiante la puede incorporar como su PLE (Ambiente Personal de Aprendizaje) y PLN (Red Personal de Aprendizaje), con el foco puesto en las cuatro C iniciales (Comunicación, Creatividad, pensamiento Crítico y Cooperación) para alcanzar la quinta Comprensión significativa de ciencias, tecnologías, artes y culturas, y la sexta, Conductas éticas. (https://rb.gy/htzi5dhttps://rb.gy/ev42rv).

Es tiempo de establecer regulaciones nacionales e internacionales sobre los fundamentos de operación de las redes sociales de los gigantes tecnológicos, de modo que funcionen desprovistas de sus sesgos maléficos y perniciosos, y puedan ser herramientas apropiadas para que fluya la comunicación entre alumnos y profesores, así como para la comunicación con expertos en distintos campos, o con estudiantes y profesores de diferentes grados escolares. Se configurarían, de consuno con otras herramientas tecnológicas, como valiosos recursos para reconfigurar la relación entre alumnos y profesores, mejorar los aprendizajes y la calidad general de la educación, muy venida a menos en las últimas décadas. (https://rb.gy/kufm6v). 

Podemos retomar al presidente Biden quien, en 2022, ante el Congreso de su país, expresó: con respecto a las plataformas de las redes sociales que ya llegó la hora para que «rindan cuentas por el experimento que están realizando con nuestros niños con fines lucrativos«. (https://rb.gy/20mpv8).