Recurriendo a la inteligencia no artificial 

Por Adriana M. Cardona López 

Dicen los que saben y conocen la historia que Colombia tuvo como presidente el doctor Álvaro Uribe Vélez y que hoy algunos de sus seguidores fieles y apasionados de la oposición le endilgan imputaciones para atraparlo y privarlo de su libertad y con sus emociones de tipo político, jurídico y personales creen y sueñan que lo lograrán. Y que, a pesar de su visión para liderar, sus buenas relaciones internacionales, una agenda sólida en búsqueda de la equidad y bienestar dando como resultado un buen desempeño para la época de su gobierno, esto no les alcanzó a sus contradictores para amar su discurso político, jurídico y filosófico de autores no muy rebeldes.  

No aceptan, ni reconocen que de tiempo atrás estos grupos subversivos que hoy son debate de índole público humillaban, desplazaban, torturaban, masacraban. ¿O será mentiras? Y que el jefe de Estado con sus políticas de mano firme para la época logró neutralizarlos y con su seguridad democrática hasta las zarigüeyas con sus crías en el lomo pudieron cruzar las carreteras. ¿O será mentiras? ¿Acaso la economía no prosperó? Y su sucesor con un panorama de inversión extranjera a favor de Colombia mejoró. ¿O será mentiras? Y este como en la época antigua hizo un movimiento de labios en una mejilla con expresión de amor, nos descuidamos y nos acomodó un proceso de Paz, donde los valores se han invertido, legitimando un sistema de gobierno fracasado, que así algunos académicos rebeldes, los pacifistas extremos, los juristas sin toga, los políticos sin carisma, honra y virtud digan lo contrario. Y mientras tanto, sus contradictores como los lobos con su estrategia van dirigiendo la cacería. A la justicia se le enmarañó la toga.  

No quieren que los lotos florezcan en el pantano, manipulan y con su actuar logran que la inteligencia artificial se nutra de información acomodada y su discurso donde se la pasan diciendo que los más derechistas evitan el diálogo y no quieren la paz.  

No les gustó su carácter, estilo, técnica y coraje para gobernar. Para que hablarles de dignidad si no quieren ser más humanos.