14 octubre, 2025

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

¿Recuerdan la puma juvenil recuperada en el Peaje el Trapiche?

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@Corantioquia

  • Su nombre es Killari y vive en Cali

Una nueva oportunidad con un sabor agridulce para una joven puma, víctima del tráfico ilegal, ha puesto de relieve la importancia crucial de la fauna silvestre en libertad.

Aunque su historia no comenzó en enero, sino hace algunos años, el desenlace para este felino en la Fundación Zoológica de Cali subraya las profundas cicatrices que deja el comercio ilegal de animales y por qué su lugar está en la naturaleza y no en un hogar.

Este es un recuento de una vida que, aunque rescatada, no pudo ser completamente libre.

El comienzo de una vida cautiva Arrancada de su hábitat natural siendo apenas una cachorra, esta puma fue una de las innumerables víctimas del tráfico ilegal de fauna silvestre en Colombia.

Como muchos otros, fue arrebatada de su madre. Fue condenada a un crecimiento en condiciones antinaturales, donde la interacción humana reemplazó las enseñanzas de supervivencia que habría recibido en la naturaleza.

Al ser rescatada en el marco de un operativo de control de la Policía Nacional en el Peaje el Trapiche, de Girardota, el Centro de Atención y Valoración -CAVR- del Área Metropolitana le brindó los primeros cuidados y Corantioquia la recibió para trasladarla al Hogar de Paso de la Corporación, el equipo de profesionales de Fauna se encontró con un animal con altos signos de amansamiento.

Su comportamiento, moldeado por el contacto humano, había borrado los instintos esenciales para sobrevivir en su hábitat: el miedo a las personas, la capacidad de cazar y de defender su territorio.

A pesar de los incansables esfuerzos del personal del convenio de Fauna de Corantioquia por rehabilitarla y fomentar sus comportamientos naturales, la impronta humana era demasiado fuerte.

Su destino quedó sellado: una vida bajo cuidado humano era su única opción de supervivencia, ya que liberarla en la naturaleza habría sido una sentencia de muerte. Es así como llegó al Zoológico de Cali, un espacio donde ha recibido una segunda oportunidad. Su llegada y evolución en el Zoológico de Cali A mediados de abril de este año llegó “Killari” en buenas condiciones de salud, el proceso de adaptación, de alimentación y de desplazamiento ha sido paulatino por ser una hembra juvenil.

Se han motivado sus respuestas frente al uso de las garras para la caza con la intención de que se fortalezcan sus habilidades de adaptación en su nuevo espacio.

Es importante tener en cuenta que las colecciones zoológicas son espacios donde se trabaja por la conservación de las especies, en especial las amenazadas, a través de mecanismos de reproducción en sitio o de reintroducción.

La importancia del Puma en nuestros ecosistemas Más allá de su imponente belleza, el puma (Puma concolor) juega un papel fundamental en el equilibrio de los ecosistemas colombianos.

Como depredador tope, se encuentra en la cima de la cadena alimenticia, regulando las poblaciones de otras especies, principalmente herbívoros.

Esta función es vital para la salud de los bosques y páramos. Al controlar el número de venados, capibaras y otros animales, los pumas evitan el sobrepastoreo y permiten que la vegetación se regenere. Esto, a su vez, protege las fuentes de agua y la biodiversidad en general.

El puma es considerado una especie sombrilla, lo que significa que su conservación beneficia a todo el ecosistema en el que habita. Proteger al puma es proteger la salud de nuestros entornos naturales.

Un Llamado a la acción contra el Tráfico Ilegal

El tráfico de fauna silvestre es el cuarto negocio ilegal más lucrativo del mundo y Colombia, por su inmensa biodiversidad, es uno de los países más afectados.

Cada vez que un animal silvestre es comprado como mascota, se alimenta una cadena de sufrimiento que incluye la caza furtiva, el maltrato y, en muchos casos, la muerte.

La historia de esta joven puma en el Zoológico de Cali es un recordatorio de que los animales silvestres no son mascotas.

Su lugar está en la libertad, cumpliendo su función vital en el complejo tejido de la vida. Como sociedad, es nuestro deber denunciar el tráfico ilegal y promover la conservación de nuestros ecosistemas para que futuras generaciones de pumas puedan correr libres en las montañas de Colombia.

Recuerda, la fauna silvestre no es un souvenir, es parte de nuestro patrimonio natural. ¡No seas cómplice!