18 junio, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

¿Qué tan cerca estamos del Armagedón? 

Por Guillermo Mejía Mejía 

Llama la atención que mientras Europa se prepara para la guerra contra Rusia, aquí en Colombia los grandes medios de comunicación solo se ocupan tangencialmente del asunto. Aquí la noticia diaria es Petro.  

Las informaciones que conocemos sobre el conflicto de Ucrania nos llegan a través de medios internacionales como DW o CNN o por YouTube, pero siempre bajo la vieja consigna de que la primera víctima de la guerra es la verdad. En unos noticieros aparece Ucrania venciendo a Rusia y en otros, todo lo contrario.  

La palabra Armagedón aparece en el Nuevo Testamento en el Apocalipsis, capítulo 16, versículo 16 y se refiere a una reunión de ejércitos para una batalla final. Y en el Antiguo Testamento se refiere también a un gran enfrentamiento militar que tendrá lugar en el Valle de Meguido, en el sitio de Armagedón, a unos 80 kilómetros al norte de Jerusalén, poco antes de la segunda venida del Señor. 

La autorización que han dado Estados Unidos, Francia, Finlandia, Polonia y Alemania para que las armas entregadas a Ucrania para su defensa, puedan utilizarse para destruir objetivos militares en territorio ruso, pone los pelos de punta. Por su parte, Putin ha trasladado armas nucleares a su aliado Bielorusia y su amenaza de usarlas, si la OTAN cruza una raya roja imaginaria, hay que tomarla en serio. La formación de Putin en la temida KGB de los tiempos de la URSS, no nos da ninguna esperanza ética de que se detenga ante la posibilidad de una guerra nuclear. Estamos peor que en la crisis de los misiles de Cuba, en 1.962, porque si bien eran dos las superpotencias enfrentadas, Kennedy y Kruschev resolvieron el problema entre los dos; en este caso son todos los países de Europa, reunidos en la OTAN, los involucrados, algunos con armas nucleares como Reino Unido y Francia. 

Que en América, de México para abajo no nos toca este conflicto, es un consuelo de tontos. En una guerra nuclear mundial perecemos todos los humanos y todo vestigio de vida pues el planeta no resiste la radioactividad que generen los bombardeos apocalípticos de los que estamos cerca.  

¿Que esto es alarmismo injustificado? Nada más ingenuo pensar de esa manera. Lamentablemente el mundo está en manos de cuatro locos que detentan, en estos momentos, el poder total en sus países dotados de armas nucleares: Putin en Rusia, que quiere reconstruir la Unión Soviética, Kim Jong-un en Corea del Norte, un megalómano, XI Jimping en China, dueño absoluto del partido comunista y por lo menos, mientras no pierda sus mayorías en la Knéset, parlamento israelí, Netanyahu seguirá su genocidio en Gaza y enfrentado a Irán, otra potencia nuclear.  

Y si gana Trump las elecciones presidenciales en Estados Unidos, ya no serían cuatro locos sino cinco, pero con el agravante de que este último tiene a la mano, a toda hora, el maletín nuclear. 

¿Quién o qué puede detener esta terrible vesania?  

A algunos les parecerá ingenua esta propuesta, pero al mundo no le queda sino apelar a sus creencias religiosas por lo menos a las tres religiones monoteístas, judaísmo, cristianismo e islamismo, que, si bien en el pasado han desatado guerras religiosas, tienen un sustrato en la paz. Jehová, Dios y Alá son nombres distintos para el mismo ser supremo Quien es el que la dispensa.  

El hinduismo con su concepto del Ahimsa, no violencia, no hacer daño, es otra manera de acudir al anhelo de paz mundial. 

La invitación que han hecho los líderes del G7, reunidos esta semana en la región de Apulia, en el sur de Italia, para escuchar al Papa Francisco, puede que ayude a terminar los conflictos que nos tienen al borde de un suicidio mundial. La diplomacia secreta del Vaticano ha sido muy efectiva en otros casos. 

No nos queda sino rezar.