19 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

¿Qué sigue para Afganistán en manos del Talibán?

Rafael Bravo

Por Rafael Bravo  

“I was the fourth President to preside over an American troop presence in Afghanistan—two Republicans, two Democrats. I would not, and will not, pass this war onto a fifth.” 

‘’Fui el cuarto presidente en disponer de presencia de tropas norteamericanas en Afgahistás, 2 republicanos, 2 demócratas. No le pasaría y no le pasaré esta guerra a un quinto’’. Joe Biden. 

Afganistán es otra aventura fallida en la historia militar y diplomática de los Estados Unidos. Un poco menos de un billón de dólares tirados al cajón de la basura y un golpe muy grande para el presidente Biden reconocido por su experiencia en asuntos de política exterior. El dominó de las regiones caídas a manos de los Talibanes no cesa, mientras se avecina una grave crisis no solo institucional sino humanitaria. En justicia, los norteamericanos están cansados de las guerras en esa región del mundo por su costo económico y las vidas que ha dejado el conflicto. En la más reciente encuesta un 70 por ciento apoya el retiro de las tropas. 

La sombra de Vietnam asoma con graves repercusiones para lo que significa abandonar un país al que varias administraciones le apostaron en términos de entrenamiento, equipamiento militar y protección de la sociedad civil. Como ha ocurrido antes, la corrupción y falta de voluntad política para luchar contra los insurgentes es una demostración de debilidad y falta de liderazgo de las fuerzas de seguridad afganas. La velocidad con que el Talibán ha ido avanzando demuestra la inutilidad de seguir apoyando al régimen de Kabul. 

Para quienes se oponen a la salida de las tropas lo que se viene es un retroceso en los avances logrados de modo que se respeten los derechos de las mujeres y los menores. Algunos mandos militares en cabeza del General HR MCMaster quien fungió como asesor de seguridad de Trump, se muestran partidarios de los beneficios humanitarios y de seguridad nacional para los Estados Unidos, dejando un pequeño número de fuerzas no importa el costo económico y humano. Ese argumento lo que hace es desconocer el fracaso militar en la larga lucha por combatir al Talibán. 

Una de las razones para que haya un avance de esa magnitud es la influencia que la insurgencia tiene entre amplios grupos de la población que se muestra incapaz de luchar y ya comienza a mostrar la violencia ejercida con imágenes espantosas de funcionarios locales asesinados e imponiendo su poder con leyes que apuntan a los derechos de las mujeres y las niñas en particular.  

Algunas de las restricciones impuestas por las milicias son el uso de burkas, barbas largas en los hombres, la obligación de ir a las mezquitas y la prohibición de usar teléfonos celulares. “Los ojos y oídos de los Talibanes están por todas partes’’. 

Aunque el presidente Biden había anunciado el retiro militar en septiembre, los desarrollos recientes anticiparon la salida tanto diplomática como de las tropas para agosto 31. Un retroceso inesperado que se traduce en el envío de 5 mil Marines que se encargarán de evacuar al personal de la embajada y civiles afganos que sirvieron de soporte en el pasado. En lo que se considera una de las peores derrotas, los funcionarios que laboran en la delegación en Kabul han sido instruidos para destruir importantes documentos y computadoras que contienen información de inteligencia. 

Biden en consecuencia se enfrenta a una toma hostil de lo que ha sido hasta ahora uno de los búnkeres más seguros con presencia de diplomáticos, personal de seguridad y civiles afganos. La bandera que distingue un territorio de propiedad norteamericana se estima pasará a manos del enemigo. Oficialmente, es calcula en 2 mil quinientos la cifra de personal militar y otros 7 mil que hacen parte de las fuerzas de la coalición de la OTAN. 

En los 17 años de esa guerra se han desplegado más de 750 mil hombres y mujeres con un saldo de 2 mil cuatrocientos muertos y cerca de 21 mil heridos. 

Desde 2009 cuando las Naciones Unidas comenzaron a documentar las víctimas del conflicto, al menos 100 mil civiles han sido heridos o perdido la vida. 

La situación cambiante con tanta rapidez sobre el terreno obliga a las delegaciones diplomáticas a buscar salidas de funcionarios y personal civil en Qatar y Kuwait como refugio temporal, algo impensable hace apenas unas semanas.  

El precio del fracaso de las fuerzas afganas que durante tanto tiempo dependieron de la ayuda militar, y económica norteamericana.