28 marzo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

¿Qué pasa si ganan los independientes?

  • En Bogotá y Medellín, Carlos Fernando Galán y Daniel Quintero están a punto de hacer historia.

Por Juan Alberto Pérez

Lo primero que pasaría: hoy la gente siente impotencia porque parece estar atada al clientelismo y la politiquería como una grave enfermedad incurable, de transmisión electoral. Con ellos, la gente sentiría que empieza a desamarrar ese nudo, que parecía imposible de desatar. Lo primero, la gente creería más en la gente y menos en los capos. Habría más sociedad. Menos vanidad.

Lo segundo,  los jóvenes tendrían interlocutores en lo público, en donde ahora tienen sordos que pasan como buldozer por sus sueños.

La cultura empezaría a dejar de ser un adorno  exótico y lejano, para convertirse en el saludo cotidiano a la esperanza y la alegría.

La equidad empezaría a tener un significado en el petrificado y lamoso diccionario de la política nacional. La escuela, el trabajo, el conocimiento, la tecnología, el arte, la alimentación, la buena salud; reemplazarían los temas de los “grandes debates de hoy” que son sobre la corrupción, la fuga de un preso, las alianzas, el artículo o el inciso, las coaliciones, las mentiras…  Empezaríamos a pensar más en los encuentros que en las masacres, más en la convivencia que en la paz retórica de los demagogos, más en educarnos que en matarnos, más en aliviar el alma que en cargar nuestros deseos de veneno, más en la vida juntos que en la muerte, lamentablemente, también juntos.

No será llegar al paraíso, pero si recuperar el mapa que nos han robado los cosquilleros que confundimos con candidatos. Los recintos de la democracia tendrían más habitantes juiciosos y honrados que  irían reemplazando a esos personajes groseros que hoy inundan las asambleas, concejos y el parlamento. (Foto Galán y Quintero).