24 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Qué lee Gardeazábal: “Conversaciones con Fabio Echeverri Correa”, editado por Debate

Gardeazabal

@eljodario

Hay muchas formas de afrontar una revisión biográfica de los personajes que han hecho la historia de Colombia. Mariana Lloreda Garcés tuvo el atrevimiento y la habilidad de acumular a lo largo de los últimos años de vida de Fabio Echeverri Correa una serie de conversaciones, las que ordenadas graciosamente sirven para generar el perfil de un hombre caracterizado por ser frentero y francote, paisa en todo el sentido de la palabra, liberal de partido y burgués de ideología.

Escrutando sus versiones sobre el ayer que Fabio vivió cuando ella no había nacido. Confrontando no con textos ni documentos sino con él mismo, parrafada tras parrafada, época tras época, construye el perfil biográfico más cercano a la personalidad de quien no fue ni ministro ni presidente, pero con su inolvidable voz de trueno y su velocidad de dron para contestar, se hizo a un nicho en el reconocimiento nacional.

Quienes tuvimos el privilegio de ser amigos de Fabio y pudimos tener largas y muy nutrientes conversaciones sobre el trascurrir político y económico del país, sabíamos muy bien que no se necesitaba estar de acuerdo o en desacuerdo con sus tesis porque todas las razonaba, las oía o las distanciaba sin crear ningún resquemor ni ahondar la diferencia.

Tenía la ventaja de configurar las distintas posiciones sin estigmatizar ninguna o de no tratar de modificar las verdades de puño porque no ganaba nada con discutirlas.

Estas 231 páginas de preguntas y respuestas corroboran de sobra ese sentimiento de gratitud que todos sus amigos y muchos de quienes fueron sus contertulios en algún momento guardamos de ese hombre que no llegó a ninguno de los altos cargos del estado, pero acumuló tanto poder con su verbo, su pluma y su ejemplo, que querido u odiado terminó siendo respetado por un país que no pudo agradecerle jamás su colaboración.

Escuche al maestro Gustavo Alvarez Gardeazábal.

Este libro le restituye históricamente y lo eleva al nicho donde se guardan los íconos de un país ensimismado.