· Editada por Taurus
Hace ya casi 80 años el brillante intelectual liberal Indalecio Liévano Aguirre, quien llegare a ser canciller de la República y Designado a la Presidencia, publicó su biografía sobre Rafael Núñez, el más influyente de nuestros hombres públicos.
Por estos días Penguin Random House ha hecho una nueva reedición de ese libro que con el paso del tiempo se convirtió en un documento excepcional que calmó hipos y apetitos sobre los mitos a veces oprobiosos que los liberales de Uribe Uribe mantuvieron vivos sobre la vida y obra del excepcional cartagenero que fue 6 veces presidente de Colombia y le armó el andamiaje más duradero a la nación política que siempre hemos sido.
Se trata de una biografía realizada desde dos puntos de vista, el de Núñez poeta y el de Núñez y sus mujeres. Y, entralazando sus versos de ocasión con la febril actividad que lo llevó desde ser juez de un pueblo perdido en la geografía panameña hasta organizarnos la Constitución Nacional, el libro consigue copar de manera objetiva y sin apasionamientos toda la vida de un líder que tuvimos una vez y no volvimos a tener igual, pero que mucha falta nos hace por estas épocas de desasosiego.
Resumir lo que hizo desde 1825, cuando nació el esposo de doña Soledad Román, el mozo de espadas de doña Gregoria del Haro, el casado por la iglesia con doña Dolores, la cuñada del poderoso senador Obaldía, es imposible en esta reseña. Pero quien lea el libro de Indalecio y se entretenga recorriendo la historia patria colombiana y coleccione el rosario de estupideces políticas y económicas que forjaron finalmente a la nación colombiana, no solo estará satisfecho sino orgulloso de saber que a este país lo gobernaron gentes tan capaces intelectualmente como Núñez o como su biógrafo.
Escuche al maestro Gustavo Alvarez Gardeazábal.
Es un libro fundamental para entender a Colombia. Un libro para abrirle calle de honor a los festejos con que seguramente se celebrarán los 200 años del nacimiento de Rafael Núñez con igual o mayor pompa que lo celebrarían Eduardo Lemaitre, Fernando Gómez Martínez y Donaldo Bossa Herazo, sus grandes cultores, quienes en mi adolescencia literaria me enseñaron en charlas privadas inolvidables a admirar y estudiar el incalculable valor de Rafael Núñez.
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