@eljodario
De Harari, editada por Debate
Leer este libro abruma hasta los tuétanos. Respira pesimismo por todas partes, aunque a veces, en su cascada de terrores, plantea algunas soluciones casi todas inverosímiles.
Es el compendio de un sabio en 471 páginas de texto (y 173 de notas bibliográficas) pero en un lenguaje muy lejano del fácil y agradable de sus otros libros bestseller como Sapiens y Homodeus.
Tal vez es un libro que hay leer y hasta releer muchos pedazos para poder entender a donde se está precipitando el mundo con la dictadura de los computadores, los algoritmos y la IA, que él llama Inteligencia Ajena.
Es la historia de la comunicación desde el punto de vista crítico, no del que tiene el otro libro de moda que pretende quizás lo mismo, (El paréntesis de Gutenberg) de Jarvis, que explica la historia del impreso desde los comienzos de la imprenta hasta la asustadora IA.
Harari plantea muchas revisiones acertadas del pasado y cuenta con lentitud cómo el odio lo siembran los algoritmos, cómo se abre paso la carrera por las puntuaciones sociales manejadas por ellos y cómo estamos muy cerca de la creación de mitologías intercomputacionales, que serán mucho más complejas y ajenas que cualquier dios de creación humana. Advierte, eso sí, que los beneficios de esa red que se está construyendo aceleradamente pueden ser enormes, pero que también podrían acabar con la civilización humana.
El peligro, lo explica un poco enmarañado, es que los computadores y los algoritmos pueden reconocer emociones humanas mejor que los propios humanos, precisamente porque no tienen emociones. Tiene ejemplos abofeteadores como el del carro sin chofer que mata a un transeúnte por no matar un gato o el de considerar que, si tres años de altas tasas de desempleo pudieron llevar a Hitler al poder, es inimaginable hasta dónde puede llegar el desorden mundial con la crisis interminable del desempleo laboral que los algoritmos y la IA decretarán inevitablemente.
Es un libro cargado de las comparaciones históricas del profesor de historia de Cambridge que es Harari, pero es tan pesimista en su proyección futurista que lo más barato que nos garantiza es la anarquía digital o la resurrección de la torre de Babel, porque cada fabricante de ordenadores terminará hablando su propio idioma y el mundo estará dividido no por otra cortina de hierro, sino por una de silicio.
Escuche al maestro Gustavo Alvarez Gardeazábal.
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