
Byung-Chul-Han, editado por Herder
Escribir y ejercer como filósofo en estas calendas de los algoritmos y la IA no es ni fácil ni rentable. Los lectores debemos escasear.
Los intérpretes de ese mundo eternamente frío de la filosofía ya no son humanos. Pero Byung, el coreano educado en Friburgo y Munich logra ser un filósofo alcanzable, digerible y lo que puede resultar más inverosímil, captador de la atención del lector. Por supuesto para conseguirlo dice frases lapidarias y nos presenta imágenes impactantes. Con la misma frescura con que parece vestirse en la vida real afirma que el siglo XX fue un período inmunológico y que la extrañeza se ha mutado a formula de consumo para volverse inocua. No explica muy bien, pero afirma convincentemente que cambiamos la sociedad disciplinaria por la sociedad del rendimiento. Y que, si el sueño es el culmen de la relajación corporal, el aburrimiento profundo sería el culmen de la relajación espiritual. Muy nutrido en Nietzsche, Arendt y Kant, cita constantemente a sus antecesores en la filosofía y sobre esa sapiencia se atreve a decir que la sociedad del rendimiento, que es una sociedad de la actividad, se está convirtiendo poco a poco en una sociedad del dopaje. O, lo que quizás golpee, que el delirio por la salud en que hemos caído las últimas décadas surge cuando la vida ha quedado desnuda y vaciada de todo contenido narrativo. Allí paré (es la página 101 de 118) y volví a releer el rosario de barbaridades que dice porque si bien los narradores vamos a quedar sin oficio ya que nos reemplazará la IA, a la vida humana alguien debe narrarla si pretende llegar al futuro, porque si algo nos ha distinguido como seres racionales es la capacidad de sabernos contar las cosas.
Pensé entonces que Byung, quien acaba de recibir el Príncipe de Asturias de Humanidades, es a la larga igual de denso y barato como la filosofía de nuestros tiempos, que solo la adquieren los que dicen entenderla. Por eso, quizás, cierra el libro diciendo que el hipercapitalismo convierte todas las relaciones humanas en relaciones comerciales. Que despoja al hombre de su dignidad, reemplazándola completamente por el valor del mercado.
Escuche al maestro Gustavo Alvarez Gardeazábal.
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