@eljodario
De Dan Brown, editado por Planeta
Para los seguidores del autor del Código Da Vinci, este nuevo libro seguramente les permitirá saborearse con su manida estructura de bestseller y hasta dejarse agarrar de la hostigante habilidad del narrador para convencer que le lean las 828 páginas del texto.
En esta oportunidad, la novela de Brown se moderniza en acciones, tiempos y personajes sin necesidad de explotar ni catedrales ni lecturas bíblicas.
Y más aún, pero en detrimento de la tensión que un libro de estos debe llevar, EL ULTIMO SECRETO se mete con los adelantos tecnológicos, con las teorías aceleradas sobre lo que es o debe ser la conciencia humana y, especialmente, con la manipulación de la mente aprovechando los progresos sapientísimos de los algoritmos y las cirugías cerebrales.
Por supuesto la trama ocurre, como casi siempre en sus obras, en una ciudad que vuelve mitológica. Esta vez en Praga. Y como resulta repetido, el gestor detrás de todo lo vivido es la CIA y los personajes centrales quienes se enfrentan o se esclavizan a esa institución injusta e inescrupulosa del imperio gringo son tan valientes y valiosos como los molinos de viento del Quijote.
La novela, empero, atrae pero se exagera al explicar en interminables páginas las teorías científicas y los procedimientos novedosos de la ciencia sobre la mente humana y las opciones de la epilepsia. Quizás hostigue a más de un lector con sus detalles de cronista de la moda o de narrador omnisciente pero como su estructura, agregada a veces hasta la exageración con nuevas circunstancias buscando que la novela no acabe tan pronto, se mantiene hasta el último renglón y precipita un final de folletín rosa, a muchos hasta les agradará de nuevo este otro mamotrético producto de Dan Brown.
Son más de 800 páginas y muchas de ellas abrumadas por la alambicada carreta dizque científica. (Opinión).
Escuche al maestro Gustavo Alvarez Gardeazábal.
Audio: https://www.spreaker.com/episode/que-lee-gardeazabal-el-ultimo-secreto-de-david-brown–67915454
Más historias
«Colombia lo necesita»
La farsa de la JEP y el delito de Petro
¿Será que la IA acogerá los fundamentos éticos que la limiten?