
@eljodario
De Alonso Valencia Llano, editado por Academia Colombiana de Historia.
El general Julián Trujillo, quien fuera presidente de Colombia, es uno de los olvidados por la mala memoria nacional. El huracán de Rafael Núñez se llevó en su remolino el recuerdo de quien curiosamente sirvió de escalón al cartagenero para que llegara por primera vez a la presidencia.
Y aunque fue en su gobierno de 1880 cuando se comenzó a hablar de la Regeneración como meta política, el trofeo nunca ha sido para él. Su muerte en 1883, antes de la gesta constitucionalista de Núñez, ayudó más a su olvido.
Para rescatarlo de esas penumbras, el agudo historiador Alonso Valencia Llano ha presentado un minucioso y muy aplaudible trabajo de recopilación y análisis de la gesta militar, política y jurídica de Julián Uribe Largacha, popayanejo de cuna y formación que bien podría haber sido una estupenda narración donde no se gastara páginas innecesarias para explicitar la teoría académica que lo lleva a adoptar un método biográfico en vez de otro, porque siembra el desánimo hasta en el más docto lector.
De su lectura, empero, quedamos enterados del accionar valiosísimo del desconocido General Trujillo como abogado, de su habilidad de mando y su capacidad administrativa como presidente de los estados soberanos del Cauca y de Antioquia, de su tino político cuando ejerció la presidencia capeando como torero andaluz esa caterva de oligarcas dañinos que fueron los liberales del Olimpo Radical y, en especial de sus dotes como comandante de los ejércitos que le encomendaron hasta salir victorioso sobre los conservadores en dos batallas definitorias del rumbo de Colombia: la de La Polonia en 1865 y la de Los Chancos en 1876, que a la postre resultó ser esta última la más cruenta de todas las batallas libradas en tierras colombianas y, coincidencialmente, ambas libradas en inmediaciones del rio Tuluá.
Su perfil como partidario de Mosquera. O su decisiva actuación como liberal independiente para abrirle campo a Rafael Núñez no le alcanza a este libro para explicarnos por qué Trujillo terminó de pelea con el uno y con el otro y se ganó el remoquete de traidor con que la historia colombiana borra a los que ejercen la disrupción censurándolos eternamente antes que explicarles o interpretarles.
Escuche al maestro Gustavo Alvarez Gardeazábal.
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