27 junio, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Qué lee el maestro Gardeazábal: El fracaso de la nación

Gardeazabal

    Reseña del libro de Alfonso Múnera editado por Planeta

Cada vez vamos encontrando más demostraciones de que la historia de Colombia que nos han contado no fue la que sucedió.

El historiador cartagenero Alfonso Múnera, doctorado en la Universidad de Connecticut, ha puesto en circulación la tercera edición de su magno libro EL FRACASO DE LA NACION, publicado en el 2020 y que cada día que pasa se reafirma como la fotografía fiel de la gran mentira que nos contaron sobre el 20 de julio de 1810 y el grito de independencia del 11 de noviembre de Cartagena.

Con acuciosidad sorprendente Múnera demuestra cómo el enfrentamiento entre los hispanos y criollos de la ciudad amurallada con los enruanados pares de Santa Fe, venía desde siglos atrás. Y con documentos verificatorios va ensartando la rencilla entre Bogotá y Cartagena hasta precipitar no solo la rebelión del 20 de julio, hecha a medias tintas y con sonrojo santafereño para no disgustarse con el rey Fernando el séptimo, sino oponiéndose con el grito de independencia de España que los comerciantes criollos cartageneros enfrentaron para separarse definitivamente de la península.

El libro, llevado con maestría profesoral, termina concluyéndole al lector que nosotros no fuimos nación ni en la colonia ni en la independencia y que caímos en la trampa de la Patria Boba porque los de Cartagena siguieron enfrentados a los rolos y los unos se convirtieron en federalistas y los otros en centralistas.

Fuimos y somos una nación fracasada porque o nos dividimos en regiones por las dificultades geográficas o nos polarizamos por los distintos influjos culturales, genéticos y raciales adobados siempre con las interminables guerras o sus simulaciones.

Múnera, modestamente no propone la proyección de su investigación hacia nuestros dias, pero quizás en la lectura de este libro esté el germen de la solución por regiones autónomas que debemos asumir para salir del atolladero en donde seguimos cayendo.

Sería una sabia motivación para que quienes nos gobiernan y dirigen lean historia y no especulen con su ignorancia sobre ella para decir bestialidades o reinterpretarla a su amaño, haciéndonos dar los tumbos que por estas calendas le van dando al país.