Qué está leyendo Gardeazabal: Las noches de la peste

@eljodario  

Del nobel turco Orhahn Pamuk 

La lentitud en el arte ha sido aplaudida y combatida en distintos frentes de la creación intelectual.  

La narración de un libro de 732 páginas como Las noches de la peste, el último editado del premio Nobel turco Orhanh Pamurk , volverá a ser motivo de discordia como casi todos los productos de su pluma. No porque posee tantas páginas de letra apretada sino porque está narrada tan lentamente y de tan melindrosa manera que cuando se termina de leerla uno no sabe si la historia allí narrada, con exceso de detalles costumbristas, es fruto final de una historiadora real o de un truco novelado.  

Sucede en Minguer, una isla imaginaria situada en el mar Egeo, a donde solo llegan ferrys y atracan de cuando en cuando barcos de Grecia y Turquía. Es en los tiempos finales de la Turquía otomana, 1901, cuando la peste bubónica azota. Está narrada presuntamente por la bisnieta de la última reina de ese imaginario país independiente, quien a su vez es sobrina del último sultán que va a tener Turquía. 

Tiene estructura de novela policiaca pero vestida de tantos arreboles y tantos detalles sobrantes que si bien envuelve al lector y termina atrapándolo, deja un sabor agridulce y grandilocuente en quien sea capaz de terminarla sin suspirar o sin anhelar un descanso. 

Orhan narra muy bien. Escribe con soltura y sabe crear, describir y matar personajes, pero lo hace con tanta facilidad que la novela sobre un tema como la anarquía de la peste de hace más de 100 años no termina siendo muy lejana de la peste del Covid de estos días y sobre todo de las estupideces y explotaciones inmisericordes que nos hicieron (y nos siguen haciendo) con la enfermedad que se vuelve desconocida.  

Se puede entonces reflexionar mientras se lee, pero abruma tanto con su exagerado costumbrismo y sus ganas de darnos cátedra sobre la historia real de la Turquía de fines del siglo 19 y sobre los detalles paisajísticos y arquitectónicos de la imaginaria isla del Mediterráneo, que entre medio de tanta lentitud narrativa y tanta finura logra que se la aplauda como una joya literaria o que enfurecido el lector la tire al cesto de la basura por no pasar de ser una agobiante historiela.