Las nociones que tenemos los suramericanos, y en especial los colombianos, del desarrollo de la polÃtica egipcia de las últimas décadas nos han llegado a través de los cables más resumidos de las agencias de noticias o de los noticieros.
Cuando éramos niños si acaso nos ocupamos con la caÃda del rey Farouk, con el Canal de Suez y la batalla nacionalista de Nasser por quitárselo a ingleses y franceses.
Ya en la edad madura, cuando las redes comenzaban a crecer y habÃa más posibilidades, nos tocó juzgar desde lejos los efectos de la primavera árabe y cómo se llenaban las plazas para precipitar unos cambios aparentemente radicales, pero como pasados unos años todo volvió a lo mismo, hemos perdido memoria y enfoque. No ha habido quién nos cuente que pasó para que los Hermanos Musulmanes llegaran al poder y en poco tiempo los mismos militares corruptos de toda la vida volvieran a asumirlo. Para llenar ese vacÃo el escritor egipcio Alaa Al Aswani ha publicado en Anagrama una novela más rotunda que bien armada, más de denuncia que de finuras faraónicas: LA REPÚBLICA ERA ESTO. Por ella se entera uno de la corruptela que siempre ha sido la dirigencia egipcia, pero que solo aflora cuando se vive la primavera árabe y, como tal, se vuelve dramáticamente testimonial. El ejército y la policÃa y los servicios secretos y los jueces y los tribunales egipcios antes de que estallara la revuelta eran unas organizaciones criminales. Los dirigentes religiosos, musulmanes y coptos, unos bandidos disfrazadores de la verdad. Los estudiantes promotores de la revuelta internética que obliga a Mubarak a dejar la presidencia, eran unos ingenuos incultos.
Pero como todo en la novela está contado con la gracia humorÃstica del odontólogo que entretiene al paciente mientras le causa el dolor, el texto termina, a más de ser divertido en medio de las torturas narradas, convertido en un memorial de agravios a la historia mal contada sobre lo que era Egipto antes de que los Hermanos Musulmanes ganaran la elección.
Al terminarlo se queda uno suponiendo que sigue siendo otra vez igual ahora que está el generalÃsimo Sisi en la presidencia totalitaria.
Aswani, el odontólogo novelista, debe vivir en el exilio para poder haber escrito esta novela y eso me hace pensar en que le debemos a los lectores colombianos la gran novela que nos cuente de verdad cómo ha sido esta patria nuestra en medios de las organizaciones criminales que terminaron manejándola gritándole vivas a la democracia, pero esperando a cuál candidato le otorgaban la bendición papal o el respaldo gringo para protegerlo de su voracidad o convertirlo en vÃctima propiciatoria.

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