29 marzo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

¡Qué contraste!

 

En un país como Colombia, donde los bandidos de cuello blanco y también los otros tienen sus espléndidas mansiones como cárceles, resulta un enorme contraste las sanciones que a veces la autoridad –-déspota e injusta–   suele aplicar a algunos para equilibrar la lenidad con que a veces actúa.

Es lo que pasa con el ciudadano Juan Carlos Rendón, cuyo mayor pecado fue haberse dedicado en un país donde el empleo es cada vez peor, a manejar un vehículo particular para conseguir el sustento diario.

Como manejaba un carro de UBER, le suspendieron el pase 25 años. Es decir, una cadena casi perpetua, no de reclusión pero sí de exclusión del mercado laboral. Y eso que UBER, por lo visto hasta ahora, es una empresa dentro de la legalidad, pues como tal paga impuestos que le cobra la Dian.

Qué lindo y reconfortante es aplicar la ley, dirán algunos burócratas, mientras abren sus piernas para que pasen debajo de ellas toda clase de tropelías y vagabunderías cometidas por los pudientes, empresarios, negociantes, terratenientes y políticos que a diario saquen y saquean sin que les pase nada. (EJE XXI).