19 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Por una pandemia: Otra vez la educación al filo de la oportunidad

Por una pandemia: Otra vez la educación al filo de la oportunidad

Por Enrique E. Batista J., Ph. D.

https://paideianueva.blogspot.com/

Con precisión y sensatez ha dicho la Secretaria de Educación de Antioquia que en lo que resta del año no se reabrirán las instituciones educativas oficiales del Departamento. Fundamentó la decisión tras un análisis de los requerimientos que ha hecho el Ministerio de Educación y de las implicaciones legales que pueden surgir de la reapertura. Recalcó que la ausencia de conectividad a Internet ha llevado a que la educación digital no haya sido una opción, destacó la dedicación y creatividad de los maestros y afirmó que “Antioquia privilegiará la educación en casa”. Agregó con claridad que en el Departamento todavía hay establecimientos educativos sin agua potable lo cual es una de las razones que hacen inviable para muchos de los estudiantes el regreso a las escuelas.

A todos, alrededor del mundo, les es claro que los alumnos tendrán un retraso en sus metas formativas. Sin embargo, no hay que esperar a que con el remedio o la vacuna se supere la pandemia y entonces regresar a la misma escuela con sus inveteradas e improductivas prácticas escolares. Más que acciones remediales, sin garantías de éxito, en la futura reapertura con seguridad de las escuelas es de perentoria necesidad aprovechar esta insólita y sobreviniente circunstancia para trasformar la escuela con la totalidad de sus prácticas pedagógicas, darle nuevo rumbo a la educación y superar el discurso de las tantas veces pregonadas “revoluciones educativas”.

No hay que hacer más diagnósticos. En el país, y en todo el mundo, la educación y sus modelos de gestión están sobre diagnosticados. El funcionamiento de las escuelas no ha ido a la par de los muy visibles cambios sociales, políticos, culturales, científicos y tecnológicos que han ocurrido en las últimas décadas.

Para decidir sobre lo qué debemos y podemos hacer hay que señalar que el camino está trazado. Desde hace años están ahí los escalones para alcanzar más altos logros educativos. También se han tendido los puentes para cruzar con éxito al otro lado donde se encuentran las opciones, recursos, medios y alternativas para una transformación innovadora de todos los niveles educativos. Parte del camino puede estar ya recorrido. Existen claras señales orientadoras hacia rutas alternativas para la transformación y la innovación social en educación. Destacaremos algunas.

La educación es un derecho humano y un bien público. Hay que reconocer y tomar como base que ella, además, es habilitante de otros derechos y tiene como tal el carácter de todos los derechos humanos: Inalienable, inajenable, irrenunciable, indivisible e imprescriptible. Además, son: exigibles, igualitarios, impostergables y no discriminatorios. Este hecho es reconocido en una variedad de declaraciones y acuerdos internacionales de obligatorio cumplimiento por los países.

Núcleo grande maestros con capacidad y deseos de innovar. La transformación innovadora tiene sus posibilidades en un gran núcleo visible de maestros con alta cualificación académica y con la formación, entusiasmo y voluntad para impulsar las innovaciones escolares. Están ahí, disponibles. Con ellos se ha acrecienta la posibilidad y la oportunidad de transformar, con innovación social las prácticas escolares.

La ley estatutaria de la educación. Con ella se permitirá garantizar el derecho a la educación y asegurar que sea de calidad igual en todo el país y para todos los sectores sociales, urbanos y rurales, en todos los niveles educativos. El compromiso legal existe ya, está ahí desde 1994, hace un cuarto de siglo, en la ley general de educación. Ni sucesivos gobiernos ni el Congreso de la Republica, en los 26 años transcurridos, la han expedido a pesar de que la ley fue explicita y clara en su artículo noveno: “El desarrollo del derecho a la educación se regirá por ley especial de carácter estatutario”. Ante este incumplimiento caben distintas opciones entre ellas la acción de cumplimiento la cual es un recurso democrático de participación ciudadana consagrado en el artículo 83 de la Constitución Nacional de Colombia y en la ley de 393 de 1997. Es un recurso mediante el cual se puede exigir el cumplimiento de una ley o de un acto administrativo a la autoridad encargada de hacerlo.

El Objetivo 4 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible -ODS. Ese es un Objetivo que mediante compromiso internacional el país tiene el comprometido de cumplir a más tardar en 2030, ahora, dentro de diez años, a menos de una cohorte educativa completa. Gobierno, legisladores y ciudadanos podemos aprovechar la coyuntura actual para que de manera conjunta propiciemos las trasformaciones e innovaciones sociales en la educación mediante la acciones que aseguren el cumplimiento de ese Objetivo el cual, en su Marco de Acción, como obligación de los gobiernos se fijó:

Nuestra visión es transformar las vidas mediante la educación, reconociendo el importante papel que desempeña la educación como motor principal del desarrollo y para la consecución de los demás ODS propuestos. Nos comprometemos con carácter de urgencia con una agenda de la educación única y renovada que sea integral, ambiciosa y exigente, sin dejar a nadie atrás.” (https://rb.gy/bivynr).

Los compromisos adquiridos con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos -OCDE. Es posible y deseable tomar la coyuntura actual para que el país cumpla los compromisos ineludibles que adquirió con su afiliación a la OCDE. De un estudio de esa organización (https://rb.gy/3hrkuh)  destacamos algunos conceptos ahí expresados:

  • Colombia actualmente enfrenta dos retos cruciales: 1. Cerrar las brechas existentes en términos de participación y 2. Mejorar la calidad de la educación para todos.

  • Hay altas tasas de deserción escolar y un número significativo de niños que no ingresan al sistema educativo.

  • La desigualdad social ha contribuido a profundizar las disparidades en el acceso a la educación y el cumplimiento de logros por el país.

  • El gobierno central no tiene los mecanismos adecuados para dirigir los organismos regionales y garantizar que se responda por los resultados.

  • Las reformas son más exitosas cuando todos en la sociedad están involucrados. Por ello, hay que hacer partícipes a las familias y comunidades, los sindicatos de maestros, las organizaciones no gubernamentales y al gremio empresarial.

    El Pacto por la Educación fijado en el Plan Nacional de Desarrollo 2018 -2022. Es otra oportunidad para que adelantemos acciones de modo que una vez superada la pandemia tengamos modelos educativos y acciones gubernamentales y sociales que promuevan el efectivo mejoramiento de la calidad de la educación, así como el acceso y permanencia en ella. Este Plan (https://rb.gy/1iphsm) tiene fijados los siguientes objetivos, los cuales no se van a  alcanzar si se mantienen las misma estructuras, programas y prácticas educativas actuales, en especial cuando ya han transcurridos dos años de la vigencia del mismo:

  • Lograr una educación inicial de calidad para el desarrollo integral.

  • Brindar una educación con calidad y fomentar la permanencia en la educación inicial, preescolar, básica y media.

  • Proporcionar una educación media con calidad y pertinencia para los jóvenes colombianos.

  • Aumentar el acceso y mejorar la calidad de la educación rural.

  • Impulsar una educación superior incluyente y de calidad.

  • Impulsar el diálogo entre diversos actores a favor de la calidad y pertinencia de la educación y formación para el trabajo. 

     

    Además, el mismo Plan fijó estrategias para alcanzar esos objetivos. Destacamos aquí:

     

  • Brindaremos atención integral de calidad en el grado transición, acercándonos gradualmente a la cobertura universal en educación inicial.

  • Mejoraremos la calidad de la educación, duplicando el acceso a la jornada única y el fortalecimiento de prácticas pedagógicas.

  • Fortaleceremos la educación media, con intervenciones y currículos pertinentes para las necesidades y realidades de los jóvenes.

  • Aumentaremos el acceso y mejoraremos la calidad de la educación rural.

  • Apostaremos por las universidades públicas asignando recursos adicionales para su sostenibilidad y mejoramiento de su calidad.

  • Implementaremos la gratuidad gradual en educación superior pública, garantizando la permanencia y la graduación de estudiantes de bajos recursos.

  • Actuaremos bajo los principios de una gestión moderna y eficiente en el Ministerio de Educación y generaremos capacidades en las Secretarías y otras entidades del sector.

 

Es tiempo y oportunidad de empezar. Que no sea que tardemos en tomar las decisiones que a todos nos corresponde porque el Plan también señala que en la Ruta al 2030: “Los niños, niñas y jóvenes colombianos tendrán un mejor futuro, ya que podrán educarse en condiciones que propiciarán su bienestar, el desarrollo de aprendizajes significativos y de habilidades para la construcción de sus proyectos de vida y de trayectorias completas”. ​( https://rb.gy/1iphsm).

Nuevos y múltiples ambientes interactivos de aprendizaje con adecuados recursos didácticos y tecnológicos. Se precisa privilegiar también innovaciones en las construcciones escolares acompañadas de los recursos que se requieren para alcanzar una educación de calidad igualitaria y sin exclusiones en este siglo XXI. Construir ambientes escolares saludables, con espacios para la recreación, para la cultura, la creación y el diseño colectivo en las artes, la literatura, la tecnología y las ciencias naturales y sociales.

La pandemia y el cierre temporal de las escuelas ha abierto las posibilidades frente a necesarios y reconocidos cambios de innovación social en la educación. Se precisa aprovechar la oportunidad para que, de modo colectivo, con participación ciudadana, del gobierno central, las autoridades de educación en las regiones, los legisladores, los maestros, los empresarios y miembros de la sociedad civil podamos alcanzar una educación que está otra vez, con el país, al “Filo de la oportunidad” como bien se tituló el primer Informe de los Sabios hace ya también un cuarto de siglo.