Por Carlos Mario Restrepo Tamayo
Aunque no es recomendable para una institución estar cambiando de técnicos, es menos recomendable insistir con uno que ha demostrado no reunir las condiciones o el ADN que exige una institución tan grande como Atlético Nacional.
Les duele mucho a los hinchas de Atlético Nacional perder en su propio estadio con su archi rival Millonarios en la versión más débil de los últimos años, completando así 8 años sin lograr derrotarlo en el Atanasio Girardot y privándose de continuar en la competencia para colgar una nueva estrella en su escudo.
Un equipo de la grandeza y la categoría de Atlético Nacional no puede empatar un partido con su rival de patio jugando este con 9 jugadores.
Pierde el punto invisible jugando con el equipo Águilas que ocupa las últimas posiciones de la tabla de la Liga Betplay y pierde con su homólogo Nacional del Uruguay, último de su grupo en la Copa Libertadores, privándose de terminar esta instancia como local en su estadio.
En los cuadrangulares finales no ganó un solo partido jugando de local, y tan solo anotó un solo gol y eso que de pelota quieta.
Aquel gran equipo respetado y admirado en todos los estadios hoy muestra una cara triste y vergonzosa. Nacional tiene el anti récord en muchos años de partidos perdidos.
Los hinchas no nos resignamos con que después de cada derrota el técnico Gandolfi se haga responsable. El técnico Osorio en su segunda versión en Nacional después de cada derrota se limpiaba las manos felicitando al estratega del otro equipo. Nacional necesita técnicos ganadores de campeonatos y no hay más que hablar. Lo demás es milonga.
Tenemos una gran oportunidad de reivindicarnos haciendo un papel decoroso en esta versión de la Copa Libertadores, pero para lograrlo indiscutiblemente hay que hacer una evaluación muy a conciencia de la plantilla de jugadores y del cuerpo técnico.
Todos los hinchas reconocemos el gran esfuerzo que se ha hecho por parte de las directivas para enfrentar estos últimos campeonatos del 24-25 con excelentes resultados, en forma sorprendente en el primero de ellos y con un fatal rendimiento en el campeonato que termina.
Este plantel es un equipo costoso para el torneo interno, pero está mal conformado: No es un equipo sólido, no hay juego de conjunto, la defensa es una vergüenza, basta con ver por Dios a ese muchacho Cándido.
Inexplicablemente a los delanteros se les olvidó de la noche a la mañana convertir goles y la responsabilidad que les asiste como jugadores de una institución tan importante.
En esta oportunidad la gran responsabilidad de estos malos resultados recae directamente en las personas que tienen a su cargo la conformación de la plantilla
Mucha Candidez, impericia o ingenuidad es lo que quedó demostrado en la conformación de esta plantilla (Gandolfi- CANDIDO – Billy Arce – Asprilla), sin jugadores de recambio de primer nivel, previendo suspensiones o bajo rendimiento como ocurrió en el caso de Morelos, Román, Hinestroza y de lesiones como ocurrió con Cardona, Mateus y Guzmán.
La hinchada de Atlético Nacional, la más grande del país, ha respondido al esfuerzo de los directivos, volvió a llenar las tribunas del estadio Atanasio Girardot en cada presentación, tanto en la Liga Betplay como en la Copa Libertadores. La verdad que esta afición no se siente a gusto con la continuidad del técnico Gandolfi. Los resultados hablan por sí solos. El equipo más copero de Colombia no puede seguir ensayando con técnicos novatos, no podemos repetir la mala experiencia que se tuvo con Jhon Jairo Bodmer, quien llevó al equipo a ocupar los últimos lugares de la tabla. Y tampoco se puede contratar a técnicos desactualizados como Pablo Autori, quien vino a cobrar y a dormir roncando sentado en el banco asignado para técnicos, médicos y suplentes
Amanecerá y veremos como decía el ciego. Todos queremos lo mejor para el equipo. Atrás quedaron los tiempos y las malas experiencias y discordias entre directivos y aficionados.
La junta directiva tiene en sus manos una gran responsabilidad y no debe ser autista al pedido de la hinchada.


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