
Fernando Urrego fue elegido alcalde de Liborina y Fabio Valencia Cossio nos invitó a la posesión a Benjamín Higuita y a mí.
El viaje se realizó en helicóptero, aparato que estaba parqueado en el Olaya Herrera. Fabio Valencia Cossio y yo nos sentamos en la nave a esperar que aparecieran Benjamín y el piloto.
Fabio, mientras tanto, se sentó en la silla del capitán, se puso la diadema y cogió la palanca del aparato. En ese momento aparece Benjamín destrozado por el guayabo, pues era un primero de enero. Cuando Benjamín vio a Fabio sentado en el puesto del piloto, quien tampoco había llegado, y lo observó con los equipos en la cabeza, dijo: cómo así y el piloto… Y yo le contesté: vamos que Fabio va a manejar y Benjamín tembloroso, carcomido por el guayabo se bajó del aparato diciéndonos irresponsables, sinvergüenzas yo con Fabio de piloto no me monto, así me echen de Coraje.
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La encantadora y eficiente funcionaria Zoraida Gaviria y este humilde servidor salimos en helicóptero con el doctor Juan Gómez a una gira que debía empezar en el municipio de Don Matías.
Zoraida una mujer tranquila y sensata, muy inteligente, estaba asustada porque ese aparato temblaba mucho. Volando el Alto de Matasanos se me agarró del brazo. Yo le decía, tranquila Zoraidita, usted tiene la cédula envuelta en papel celofán. Y me dijo paqué. Yo le contesté: para que la identifiquen fácil.
Ella seguía temblorosa. Usted cuánto calza en ataúd, le decía y ella me miraba con ganas de matarme.
Luego le dije: sabe por qué estos helicópteros tienen el ventilador por fuera… porque se apaga y uno empieza a sudar. Voltea y me dice: esto se va a caer. Y yo le contesté: si se cae no es de nosotros.
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El gago Carlos Mario Escobar, parcero querido, un verdadero ejemplo de amistad, estaba una vez en misa en la iglesia de Santa Gema y pasó el monaguillo pidiendo la ofrenda. El gago sacó un billete de cien y se lo entregó y el monaguillo preguntó: le devuelvo y el gago dijo no. El monaguillo salió y se fue y el gago decía a viva voz no, no, no, no, noventa. Y ahí se fue el billetico.
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A mi hermano Mario Duque Gutiérrez, hombre bueno y cariñoso lo estaban indagando porque supuestamente le dijo a un compañero que se comiera un tarrao de mierda.
Según versión del compañero, Mario en sus descargos dijo: no señor investigador yo le dije que se comiera un tarrao y el escogió de mierda.
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