Kalino, un gran amigo de la barriada en Santa Mónica, asistió al entierro de su tío en el cementerio San Pedro de Medellín.
Una vez terminadas las honras fúnebres, Kalino apesadumbrado y triste se dirigió a la puerta del cementerio para tomar un taxi con destino al barrio Santa Mónica.
En la puerta del cementerio había un carro afiliado a Tax San Pedro lo abordó y el carro arrancó. Lo más extraño, según Kalino, es que el vehículo empezó a rodar sin chofer. El taxi recorrió por lo menos media cuadra sin tener quien lo manejara, lo que obligó a Kalino, inflado de pavor, a tirarse del vehículo.
Dos señores que venían caminando detrás del taxi dijeron al unísono: miren el señor que se montó en el taxi que veníamos empujando.
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Cristóbal Fernández Vargas un eficiente y buen funcionario público de carrera, drástico y respetuoso de la ley, siendo director de rentas de Antioquia, nombró a mi amigo Severo Hernández guarda de rentas en el municipio de Caucasia.
Pasaban los días y los meses y Severo no aparecía por el sueldito, lo que motió a Fernández Vargas a llamarlo y decirle que viniera por el cheque y Severo le contestó: ¡ahh, es que también pagan!
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Chucho Aristizábal, otro buen hombre político de carrera y funcionario eficiente, era secretario de despacho para ese entonces y en una oportunidad, el honorable concejal que en paz descanse Carlos Diego Gómez, le reclamó en sesión plenaria a Chucho porque estaban echando a los villeguistas del municipio de manera masiva y despiadada.
Y Chucho le contestó: que más podía hacer yo si eso estaba lleno de villeguistas… Abría la nevera y caían tres villeguistas, sacudía las cortinas y caían villeguistas y un día abrí el cajón del escritorio y salieron siete villeguistas…
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Rafael Correa Lara, locuaz y querido concejal de Medellín, una vez le hizo un debate en plenaria a un secretario de despacho que se encontraba de gira en Europa.
Correa Lara dijo mientras el secretario de obras públicas anda en su habeas corpus, la ciudad está llena de huecos. Yo me encontraba cursando tercer año de derecho en la Universidad de Medellín y esa expresión de habeas corpus me impactó y terminada la sesión me le arrimé al concejal y le pregunté: Doctor, usted qué quiso decir con la palabra habeas corpus. Y me contestó pues que está su cuerpo volando en un avión
Yo me dije pa’ mis adentros, este no es abogado ni por el putas.
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Carlos Arturo Piedrahita buen compañero, funcionario eficiente, un día le preguntó a un subalterno: ¿usted qué afiliación política tiene? Y el empleado le contestó: diga usted primero.
En otra oportunidad el amigo Piedrahita le preguntó a otro funcionario, cuando Carlos salía ya del gabinete: para usted cuál ha sido su mejor jefe y el servidor le respondió: el que viene.
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