28 marzo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Policías, soldados fuerza pública, permanezcan siempre entre nosotros

Por Balmore González Mira 

Con pasmoso espanto observo, leo y escucho como un sector de la sociedad pide a gritos que desaparezca el Escuadrón Móvil Antidisturbios, Esmad de la policía, y la razón que exponen es que algunos de sus miembros han excedido la fuerza; y yo agrego la otra razón de su cacareada petición, el Esmad no les deja hacer en las marchas “pacíficas” lo que les da la gana. 

Mañana pedirán que también desaparezca la Unidad Nacional contra la minería ilegal y antiterrorismo, Unimil, y luego pedirán que desaparezca el Escuadrón antinarcóticos y pasado mañana exigirán que se desmantele el ejército y así sucesivamente. Hasta que estas complacencias nos vayan llevando a que se configure una fuerza pública que finalmente no pueda ni protegernos ni restablecer el orden público cuando está deteriorado. Y en fin que haya una fuerza pública que no pueda combatir a los delincuentes. 

Si por cada error, exceso o delito que cometa un servidor público adscrito a alguna entidad, en Colombia se pidiera que esta desapareciera, habría que cerrar todas las cortes, el congreso, la procuraduría y en fin todos aquellos entes dónde se han descubierto y castigado a algunos servidores por sus reprochables actuaciones. 

Las condiciones diarias del comportamiento social nos tienen que llevar a replantear el funcionamiento y las políticas del estado para contener las acciones de unos ciudadanos cada vez más desadaptados, de otros incitados por ideologías de la destrucción y de unos más de una rebeldía sin causa que aportan cada vez menos a la convivencia ciudadana. 

Una reflexión final dejamos en esta época de pandemia frente a la incapacidad numérica de la policía por atender a los irresponsables que violan diaria y nochemente los toques de queda, en fiestas, rumbas y sin control y sin ley consumen licor en el marco de una ley seca que tampoco acatan. ¿Debemos dejar entonces que esos desadaptados sigan haciendo lo que les plazca en plena pandemia, sólo por qué ello hace parte del libre desarrollo de la personalidad? 

Señores de la fuerza pública sigan en su tarea que en Colombia la inmensa mayoría de los ciudadanos los apoya y los necesita para que los delincuentes no se apoderen de lo que queda de patria.